Los Antivacunas y el riesgo
de epidemias
Estamos viviendo tiempos de mucha información y desinformación, donde cada persona puede tomar una decisión importante basada en diferentes puntos de vista, influencias o estudios científicos profundos, al menos los que se presentan así. Cuando alguien acepta algo como verdad, entonces genera toda una serie de creencias que tienen un efecto a nivel personal y colectivo, por eso debemos poner mucho cuidado a lo que le damos valor de verdad.
En el tema de las vacunas, por lo que yo sé, son uno de los descubrimientos médicos que más vidas han salvado en la historia de la humanidad, al igual que antibióticos. Las campañas globales de vacunación han reducido notablemente el daño que causan muchas enfermedades. A pesar de esto, desde hace algunos años, y cada vez con mayor fuerza, circulan diferentes versiones y argumentos en contra de la vacunación y han surgido un grupo cada vez más grande de personas que se les denomina Antivacunas.
Los Antivacunas creen que las vacunas causan enfermedades o condiciones como el autismo. También hay ideas que podrían escuchase como absurdas, como que se trata de una campaña de los gobiernos para reducir la población mundial, o para enriquecer a las compañías que las fabrican, etc. Al mismo tiempo, se afirma que el cuerpo tiene sus propios mecanismos “naturales” para prevenir infecciones y que la cantidad de vacunas que reciben los niños “sobrecarga” su sistema inmunológico y los daña. Esto ha estado basado en algunos estudios publicados por científicos, pero casi todos los estudios relacionados con estas teorías han sido cancelados o refutados con otros estudios en los últimos años. Aún después de haber recibido información, los antivacunas terminan recurriendo al argumento de tener el derecho, que como padres tienen, de no vacunar a sus hijos.
Tomemos en cuenta que cuando los padres deciden no vacunar a sus hijos, toman también decisiones nos solo por ellos, también tiene un impacto en la comunidad, ya que los niños que están vacunados protegen a los que no lo están, ya que se crea una especie de “escudo de protección de grupo”, pero cuando la cantidad de las personas que no se vacunan comienza a ser más grande, entonces ese “escudo” ya no es suficiente para proteger a la comunidad y comienza el riesgo de las epidemias.
Actualmente tenemos una epidemia de sarampión en el estado de Washington. En el caso del sarampión, es una de las enfermedades virales que más fácilmente se transmite, por lo que las epidemias se desarrollan rápidamente y tenemos que estar atentos, recibir información y prever que esto pueda salirse de control.
Así que les sugiero que tomen acción, repasen su sistema de creencias, las fuentes de donde apoyan su criterio y piensen con responsabilidad social. Revisen si sus hijos están vacunados. De igual forma, conozcan los síntomas de esta enfermedad (sarampión) y acudan al médico inmediatamente si detectan algo anormal. El estado de Washington proporciona vacunas contra el sarampión, las paperas y la rubeola sin costo a niños menores de 18 años. Debemos todos ser parte de la solución.
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