Por Paco Diaz
A los seres humanos nos gusta dar nuestra opinión de todo lo que vemos, sabemos o escuchamos, tenemos el derecho de hacerlo y lo ejercemos, pero nuestra opinión se llega a convertir en algo que a pocos les gusta escuchar, me refiero a la crítica.
De acuerdo con el diccionario, criticar es juzgar una obra científica, artística o literaria, así como expresar un juicio desfavorable acerca de la conducta de una persona. Las críticas pueden entenderse como juicios que se hacen en torno a una cosa o persona luego de un discernimiento o de un análisis y no necesariamente debe ser algo negativo, pero la mayoría de las personas lo usan y lo entienden de este modo.
He visto últimamente una tendencia a emitir opiniones y críticas hacia el tema de política, donde percibo que es más una opinión derivada de emociones, que de análisis y conocimiento de las cosas.
Una reflexión, ¿Cuántas veces nos damos el tiempo de investigar y analizar antes de opinar o criticar algo que creemos que nos afecta? Por lo regular es un proceso muy poco usado, usualmente nos dejamos llevar o influenciar por personas que se ganan nuestra confianza y pensamos que ellos ya han hecho el trabajo de sustentar bien una opinión con lo que nos sentimos con capacidad de criticar o peor aún, a veces únicamente se limitan a repetir lo que escuchan por no quedarse atrás.
Y aunque hoy mucha gente se siente con la autoridad moral para criticar, dejándose llevar por sentimientos y frustraciones, debemos observar y analizar más para generar cosas positivas, dar propuestas de acción.
Parte del problema es que quizá no hemos desarrollado un pensamiento crítico. El proceso que implica el pensamiento crítico utiliza el conocimiento y la inteligencia para alcanzar una posición razonable y justificada sobre un tema. Entre los pasos a seguir, hay que adoptar la actitud de un pensador crítico; reconocer y evitar los prejuicios; identificar y caracterizar argumentos; evaluar las fuentes de información y finalmente, evaluar los argumentos.
¿Cómo debemos hacerlo? Aquí un ejemplo: Si criticamos a un gobierno por qué no responde a las necesidades de una comunidad, será bueno convocar a una reunión pública para discutir temas de interés comunitario con nuestros vecinos, crear un comité que investigue qué se ha hecho en el pasado y como se podrían encontrar alternativas. Ahí no acaba la cosa, tendríamos que contactar a las personas que nos representan como diputados y senadores para plantearles nuestras demandas colectivas y establecer un plan de acción. Entonces ya tenemos una crítica realmente constructiva, de otra manera se verá sólo como un desahogo y hasta como chisme.
Otro aspecto importante para considerar es que no tenemos una buena educación y una cultura cívica, esto es, que en las escuelas se ha descuidado o abandonado este tema. Es un tema de mucha importancia debido al fuerte vínculo que tiene con la realidad. Es aquí donde las personas aprenden a conocer cómo saber comportarse dentro de una sociedad, los derechos y obligaciones de un ciudadano, la importancia de apegarse a las leyes, entre otros. Así mismo, da a conocer los diferentes tipos de gobiernos y cómo el ciudadano puede participar en el mundo político y otros aspectos importantes dentro de la comunidad.
Así que les invito a reflexionar acerca de este tema, a que puedan sustentar más y mejor sus opiniones y críticas y las acompañen de propuestas productivas que nos generen cosas positivas.
Los invito a que nos conectemos a través de redes sociales para discutir este tema. Síganme en Paco Diaz en la Red en Facebook, YouTube, Instagram y Twitter. Espero sus sugerencias de temas.
Recuerden que ‘Los latinos que desarrollamos un pensamiento crítico y cultura cívica ¡Somos más Fuertes!’.