Jorge Rivera
LR
Han pasado apenas 60 días del gobierno del Presidente Barack Obama, pero parece mucho más tiempo. Si de algo no se puede acusar al joven mandatario es de perezoso; la administración Obama ha llenado páginas enteras de noticias sobre acciones, programas, decretos y reuniones. No era para menos; el presidente recibió un país en la peor situación económica de la historia reciente; una crisis además mundial. Pero no parece que el Presidente se haya sentado a lamentarse, o a preparar discursos retóricos que muestren cómo le dejaron de despedazado el país. Eso lo hacen muchos presidentes en el mundo; este no. Los trillones de dólares en ayudas financieras de todo tipo se mueven a paso al parecer vibrante si se tiene en cuenta la magnitud del dinero. Son buenas noticias. La semana pasada la bolsa de Nueva York cerró varios días al alza, es temprano para cantar victoria pero por lo menos lo números, por un tiempo pararon de seguir empeorando. Obama ha entrado a dirigir el país con dinamismo y dedicación, con foco en los problemas actuales y con acciones paralelas para el futuro. Seguramente habrá críticas, la principal, el gasto desmedido que se percibe. Pero, consideramos que un país debe verse en lo económico como una empresa, y un administrador que crea en la empresa que dirige, no dudará en invertir en ella, en gastar en el presente para triunfar en el futuro. Eso parece ser lo que está haciendo, y rápido, antes que su popularidad baje y dificulte su paso. El presidente se mueve en varios frentes, actúa, de la cara al público, como mencionamos en nuestra página 45 con su sesión en internet. Aunque es muy pronto, ya hay razones para el optimismo sobre su gestión.