Associated Press
PUERTO PRINCIPE (AP) — El terremoto devastador que asoló Haití causó más de 150.000 muertes confirmadas sólo en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, dijo el domingo la ministra haitiana de Comunicaciones, y se estima que muchos miles más fallecieron en el resto del país o aún están entre los escombros de la capital.
La cifra se basa en un conteo de cadáveres en Puerto Príncipe y zonas vecinas hecho por CNE, una compañía estatal que recolectó y enterró restos humanos en una fosa común al norte de la ciudad, dijo a The Associated Press la ministra Marie-Laurence Jocelyn Lassegue. La suma no incluye otras ciudades afectadas, como Jacmel, donde se cree que murieron miles de personas, ni los cuerpos que han sido quemados por los deudos.
“Nadie sabe cuántos cadáveres están enterrados entre los escombros: ¿200.000, 300.000?”, dijo Lassegue. “¿Quién sabe el total de muertos?”
Las cifras de víctimas han variado y el domingo las Naciones Unidas indicaron que seguían dando por válido su total anterior de 111.481 cadáveres, a pesar de la declaración de la ministra. En total, las autoridades calculan que el sismo de 7 grados de magnitud causó 200.000 muertes, según cifras del gobierno haitiano citadas por la Comisión Europea.
Otra réplica, una de más de 50 desde el potente terremoto del 12 de enero, sacudió Puerto Príncipe el domingo, registrando 4,7 grados, señaló el Servicio Geológico de Estados Unidos. No hubo reportes de daños.
Por otro lado, el gobierno de República Dominicana informó el domingo que autoridades quisqueyanas y haitianas se reunirán el lunes para mejorar los mecanismos de paso de mercancías por la frontera entre ambas naciones, en el esfuerzo por normalizar la situación en Haití.
La reunión se realizará en la ciudad dominicana de Jimaní, fronteriza con el país vecino, donde las autoridades dominicanas instalaron el puesto de mando para dirigir las operaciones de rescate y ayuda humanitaria en la vecina nación.
El gobierno dominicano también anunció que inició el traslado de los enfermos en recuperación, atendidos en hospitales quisqueyanos, al campamento establecido en Fond Parisién, en Haití.
Las autoridades de Haití estaban exhortando a muchos de los aproximadamente 600.000 desamparados que se guarecen en áreas abiertas de Puerto Príncipe, una ciudad de dos millones de personas, a buscar refugio con parientes u otras personas en el entorno rural. Se cree que unos 200.000 ya lo hicieron, y otros salían de la capital el domingo.
Expertos internacionales buscaban sitios en los cuales colocar tiendas para los refugiados en las afuera de la capital, pero ese tipo de soluciones a largo plazo aún están a semanas de distancia, dijo la Organización Internacional para la Migración, una agencia intergubernamental.
“También necesitamos tiendas. Hay una escasez de tiendas”, dijo Vincent Houver, jefe de la misión en Haití de la organización con sede en Ginebra. Su almacén en Puerto Príncipe tiene 10.000 para albergar familias, pero se requieren unas 100.000, afirmó.
Los expertos dicen que hay pocas posibilidades de que aún haya sobrevivientes entre los escombros, aunque los socorristas cavaron un túnel en una verdulería destruida el sábado para rescatar a un hombre que estuvo enterrado 11 días.
Wismond Exantus, de 24 años, dijo que sobrevivió al terremoto al resguardarse bajo un escritorio y que subsistió tomando refrescos, cerveza y comiendo galletas en el reducido espacio. Pasó el tiempo rezando, recitando salmos y durmiendo, mientras esperaba ser salvado.
“No tenía miedo porque sabía que estaban buscando y que vendrían por mí”, dijo el domingo, acostado en un catre azul bajo la carpa de un hospital de campo francés. Los doctores dijeron que permanecería allí algunos días.
El gobierno haitiano declaró el fin de la búsqueda de sobrevivientes atrapados entre los restos para concentrarse en asistir a miles de personas que viven en campamentos improvisados.
Trabajadores humanitarios de la ONU dijeron que el cambio de enfoque es crucial pues, aunque la entrega de alimentos, medicina y agua ha comenzado a mejorar tras los problemas iniciales, la necesidad todavía es apremiante y los doctores temen que haya brotes de enfermedades en los campamentos.
Médicos sin Fronteras dijo que sus equipos comenzaban a ver más pacientes con “infecciones o complicaciones luego de intentos de tratamiento básicos o hechos por aficionados en los primeros días” luego del terremoto.
En la populosa barriada de Cité Soleil, donde hubo algunos saqueos y violencia desde el sismo, soldados estadounidenses y brasileños repartieron comida y agua la mañana del domingo a miles de hombres, mujeres y niños que hicieron fila frente a un centro de salud.
Los estadounidenses llevaron 2.000 raciones de comida, 75.000 galletas energéticas y 9.000 botellas de agua, mientras que los brasileños tenían ocho toneladas de comida en pequeñas bolsas con frijoles, sal, azúcar y sardinas, además de 15.000 litros de agua.
Lunie Marcelin, de 57 años, dijo que su familia sobrevivió al terremoto, incluidos sus seis hijos adultos, pero que no tenían dinero para comida.
Las raciones “nos ayudarán, pero no es suficiente”, dijo. “Necesitamos más”.