Por ISAAC GARRIDO
MEXICO (AP)
Isabel Sanmillán se encontraba en una de las torres gemelas del Centro de Comercio Mundial en la mahñana del 11 de septiembre de 2001. Su familia vio por televisión cuando un avión se estrelló contra el edificio. La dieron por muerta.
Una década después, gracias a su hija Camila, Isabel se encuentra de vuelta en México, sin recordar que en realidad es una fotógrafa fundadora de un diario, cuyos empleados no dan crédito a su insólito regreso.
La historia de Isabel parecería un milagro surgido de los escombros de las torres en Nueva York, pero se trata de la premisa de “El 8o mandamiento”, una telenovela mexicana cuya trama se desarrolla a partir del 11sep.
“Era un marco no solamente poderosamente simbólico, sino tan grande, tan extremadamente terrible que permitía insertar una historia de drama humano que fuera verosímil… que nos remitiera a una cuestión de la que queremos hablar: la perspectiva de las víctimas”, dijo a The Associated Press el productor Epigmenio Ibarra.
Una de ellas es la periodista Camila, encarnada por Sara Maldonado, que se aleja de sus papeles de “niña buena”.
Durante el ensayo de una de las escenas en las que su madre, encarnada por Leticia Huijara, visita las instalaciones del diario, Maldonado atestigua el silencio y solemnidad que invaden una oficina en la que Huijara sostiene entre sus manos una bandera de Estados Unidos en las que sobresalen la palabra “honor” y los nombres de muchas de las víctimas de la tragedia
“Cada vez que nosotros hacemos escenas relacionadas a ese tema se nos pone la piel de gallinita”, dijo Maldonado.
“El 8o mandamiento”, que inició transmisiones el 8 de agosto por Cadena Tres, es “una serie con formato de telenovela” que sigue a la familia Sanmillán y los cambios que enfrentan luego de dar por muerta a la matriarca.
El mandamiento, que en el texto bíblico dice “No dirás falso testimonio contra tu prójimo”, se refiere al deber del periodista de decir la verdad. Madre e hija pagan un alto precio por hacer justamente eso al poner al descubierto acciones tanto de lod gobiernos estadounidense y mexicano como de los narcotraficantes.
Ibarra, quien escribió la historia junto con Laura Sosa, apostó por abordar aquel atentado, que ha sido relegado en la televisión y que aderezó con corrupción, peligros que enfrentan los periodistas y tráfico de drogas en México.
“Nos parecía que el décimo aniversario era una oportunidad de recapitular sobre este suceso desde una perspectiva más humana”, indicó Ibarra, cuya idea adquirió un giro con la muerte de Osama bin Laden.
“El hecho de que la mano de los norteamericanos alcanzara al autor intelectual de este atentado, abría la posibilidad de ya comenzar a hablar de esta pérdida”, dijo Ibarra, quien agregó que “permitía ahora sí acercarse a este drama humano, sin esta rabia, esta frustración, este sentimiento de impotencia”, que “no hacía a los norteamericanos sentirse, digamos cómodos”.
Las producciones de Ibarra destacan por tener un giro distinto de las telenovelas tradicionales. Ha sabido aprovechar su formación como periodista, que aún escribe una columna en el diario Milenio.
A través de su casa productora, Argos Comunicación, produjo “Nada personal”, telenovela que por vez primera abordaba la política y tráfico de drogas. Posteriormente llegaron “Mirada de mujer”, que planteaba a la mujer como “antihéroe” de los tradicionales melodramas rosa, y “Capadocia”, producción de HBO Latin America sobre mujeres en una cárcel, que logró tres nominaciones al Emmy Internacional.
Con “El 8o mandamiento” Ibarra podría abrir una nueva puerta en la industria televisiva.
“Hay una resistencia de la televisión norteamericana que yo creo que es hora de romper, 10 años permiten entrarle al asunto. Creo que debiera servir para que otros dijeran: ‘hombre, entrémosle al asunto”’, apuntó el también periodista.
Por su parte, la estadounidense Shari Anne Brill, analista de medios, señaló que el lapso entre un suceso de la magnitud de 11sep y el momento en que comeinza a ser abordado en la industria del entretenimiento es crucial para el éxito de una producción.
“No puedes empezar a hablar de algo cuando aun está sucediendo”, indicó Brill. “No podrías haber hecho este programa en 2002. Creo que el décimo aniversario es realmente un buen momento para comenzar a hacer este show, porque han pasado ya 10 años, la gente ha sanado”.
La experta ejemplificó con la serie de ficción “Rescue Me”, de la cadena FX, que se centra en la vida y familia de Tommy Gavin, un bombero veterano que enfrenta varios dramas a consecuencia de los atentados.
“FX trató también de hacer un programa acerca de la gente que estaba en Irak, pero la gente aún estaba ahí, y la gente no lo quiso ver porque estaba sucediendo. ‘Rescue me’ funcionó por que no comenzó dos días después de que ocurrió el suceso”, indicó.
Las imágenes históricas y dramáticas que inundaron los televisores alrededor del mundo el 11 de septiembre de 2001 forman parte de la memoria colectiva. Documentales sobre el suceso han echado mano de ellas, pero Hollywood se ha acercado al suceso con mesura.
Luego del ataque, algunas producciones fílmicas fueron sometidas a un meticuloso proceso de edición en el que se retiraron secuencias que incluían los entonces imponentes rascacielos.
La serie “West Wing”, abordó el tema desde la trinchera de la lucha antiterrorista; las cintas “United 93”, de Paul Greengrass y “World Trade Center”, de Oliver Stone figuran entre las escasas producciones que han tocado el tema.
“No hay manera de exorcizar los demonios, de completar un proceso de duelo, sin hablar. No hay manera de que una sociedad afectada, golpeada como la norteamericana, procese su duelo correctamente sino hablan sobre el asunto”, expresó Ibarra.
El productor no escatimó al abordar el tema, pues durante los primeros episodios planteó la situación del hijo de Isabel, que es hostigado en la escuela por un compañero que se refiere a la supuesta muerte de su madre como una “sobredosis de concreto”.
También recreó los momentos de terror ocurridos en las escaleras mientras el edificio aún colapsaba.
Huijara, una de las protagonistas, es rescatada en ese lugar por un inmigrante mexicano que entró al país sin autorización legal. El dramatismo es tal, que en una de las escenas aparece con el rostro cubierto de sangre mientras deja un mensaje en el teléfono de su esposo.
Esa, señaló Huijara, es una de las innovaciones, pues, a diferencia de los estadounidenses, “la estamos tratando sin la autocensura”.
“Para ellos sigue siendo un tema, de alguna manera, tabú (…) Creo que lo que no tuvieron los norteamericanos fue un proceso de duelo como tal. Tienen que darle espacio justamente a representar cómo fueron las cosas, para que llegue el duelo, la sanación”, aseguró la ganadora de un Ariel.
Para Ibarra, abordarlo era un “detonante poderosísimo” que “permitía hilvanar tragedias”, pues a la par del atentado se hacen referencias a sucesos de la vida politica mexicana como “El Chapo” Guzmán y el activista y poeta Javier Sicilia.
Brill apuntó que al entremezclar el 11 de septiembre con otros temas, podría “despertar” a las audiencias.
“La gente anda por ahí viendo estos tontos realitys telvisivos y se enganchan en esas cosas estúpidas, pero necesitan despertar y darse cuenta de que hay cosas realmente aterradoras ocurriendo”, señaló la experta.