Héctor Rosas
Agencia Reforma
A sus 74 años, Alberto Vázquez, quien formó parte de la generación de la época dorada del rock and roll en México, no se raja, porque sigue siendo ese joven rebelde, que se hizo famoso en los años 60.
“Ya tenemos muchos años en esto. Creo que ya estamos con horas extras. Ha sido una carrera muy padre la mía, no me arrepiento, ha sido preciosa”, dice, en la sala de su casa en el rancho Santa Julia, en Torreón, Coahuila.
“En mi juventud, fui rebelde. Y, a mi edad, todavía lo soy, inquieto, atrevido y entrón. Dios me ha ayudado toda mi vida, no tengo más que agradecerle a la vida y a la gente porque, si soy alguien, es por ellos”.
Desde hace un año, Alberto decidió mudarse con su mujer Elizabeth Renea, 43 años menor que él, y su hijo Juan Alberto, de 5, a su rancho en esta ciudad, por recomendación de su doctor.
Aún vigente
Con 50 años de carrera, Vázquez considera que sigue vigente. “Mientras lleves gente a los escenarios eres dinero que le estás dando a un empresario, y eso equivale a trabajo. Yo no paro. Soy uno de esos ídolos de la nostalgia”.
Recuerda que desde muy joven participó en festivales escolares y fiestas familiares. “Yo nunca busqué la fama. Canté desde muy chavillo. Yo nunca, y hasta la fecha, me he sentido el papá de Tarzán ni nada, yo creo que la fama es una cosa normal.
Del dolor a la felicidad
A Elizabeth, recuerda que la conoció por Internet, cuando la española lo contactó en su su sitio para hacerle preguntas sobre Angélica María, a quien admiraba. El cantante señala que la llegada de su nueva mujer no provocó ningún sentimiento negativo entre sus hijas, Mónica, Rosario y Daniela, producto de su matrimonio con María del Rosario.
“Cuando le das una educación correcta a tu familia no tienen que pasar esas cosas, porque yo, antes que nada, no soy mentiroso. “Me pasé dos años bien jod… porque cuando murió mi mujer ¡por Dios que me dolió, uta! 42 años viví con ella, sí fue gruesísimo cuando murió y esta chava (Elizabeth) me vino a sacar un poco de eso, Dios me manda cosas y mis hijas lo reconocen: ‘papá tú no tienes por qué estar solo’. Y realmente estoy muy a gusto”.
Al principio el artista se negaba a ser nuevamente padre de un hijo con ella.
“No quería tener un bebé por mi edad. Dije ¿para qué quiero un bebé a estas alturas? ¿cuánto le voy a durar?”, comenta. Pero ella lo convenció.
“Y resultó que yo estoy feliz con mi hijo”.
Antes del nacimiento de Juan Alberto, agrega, Elizabeth y él perdieron un bebé, pero ser nuevamente padre a los 69 años, fue una experiencia que ha tomado con naturalidad.
“Volví otra vez a lo de antes, pero diferente porque tuve un hijo que se llama Arturo, pero nunca lo tuve porque Isela (Vega) no me dejó, lo conocí hasta los 18 años”, expresa.
Se separaron cuando estaba embarazada y no supo más de ella. “Eso me cayó muy gordo de Isela. Me quitó algo muy especial. ¡Qué poca abuela que no me dejó ver a mi hijo!”.
Los romances
Con Isela Vega nunca se casó, y en su vida sólo ha tenido dos matrimonios oficiales. Claro, ha vivido más romances.
“La primera fue a los 16 años, con una señora que tenía como 30 y tantos, me doblaba la edad, un cuero de vieja. No digo su nombre porque cada vez que lo hago me mienta la madre”, expresa. Como era menor de edad, su padre disolvió al día siguiente ese enlace.
Antes de cumplir la mayoría de edad se fue a vivir con otra mujer a quien le contó su fallido matrimonio, por lo que ella esperó a que él cumpliera 21 años para casarse. “De babosote me fui a casar con ella porque le había dicho que sí, tenía que ser disque muy hombrecito. Total me casé y a los dos meses me separé, estábamos hartos.
“Entonces empecé a andar con Isela, nos juntamos, pero era muy celosa y yo muy loco, ¡pues estaba canijo!”.
añade.
Luego conoció a María del Rosario, con quien tuvo a sus hijas gemelas, y con quien sólo se casó por la iglesia a petición de su suegro, porque en lo civil seguía unido a quien fuera su segunda esposa.Después de que nacieron sus gemelas fue encarcelado, acusado de adulterio por la mujer de quien no se había divorciado.
Un libro
A pesar de los malos momentos, Alberto ha tenido una vida padrísima que quiere compartir con sus fanáticos en un libro.
“Yo no soy escritor, pero está cotorro y tengo una prima que sí es escritora y me ha contado cosas que yo no sabía de mi vida, ni de mi familia, está interesante.
“Estoy empezando desde cero, desde que no existía, desde que mi tatarabuela Serafina tuvo a mi abuelo y luego empiezo yo la historia, pero lo pienso hacer como novela para que la gente se meta en mi personaje”, indica sin revelar el título.