Enrique Navarro
Agencia Reforma
Juan Gabriel taconeó, se echó aire con su abanico, contoneó las caderas de forma sensual y hasta le agarró una pierna a una bailarina, todo con tal de celebrar.
Para empezar, llegó a 44 años de trayectoria, y mañana se cumplen 205 del inicio de la lucha de Independencia. Por eso llegaron 8 mil 400 personas (según personal de seguridad) al Mandalay Bay Events Center, para celebrar con El Divo de Juárez.
Desde las 20:30 horas, cuando apareció en el escenario, el cantante ya tenía ganado al público, pero aún así se entregó completamente en canciones como “Perdona Si Te Hago Llorar”, “La Diferencia” y “Te Pareces Tanto a Mí”.
Con su show, llamado Bienvenidos al Noa Noa, recordó en todo momento las fiestas patrias, y un mariachi de 11 integrantes le ayudó a causar euforia en un público conformado principalmente por parejas y mujeres de arriba de 35 años.
Con su porte y carisma, Juan Gabriel demostró que se sabía dueño del escenario, pero no por eso dejó de compartir la fiesta con todo el recinto.
Primero permitió que sus coristas armaran “La Víbora de la Mar” en pleno escenario, luego dejó que el mariachi se luciera en solitario con “Pero Qué Necesidad”, y después invitó a los asistente a que ellos se encargara de entonar “Se Me Olvidó Otra Vez”.
La gente también cantó “Me Nace del Corazón” ante un Juan Gabriel que se convirtió en espectador de las almas que cantaban al unísono.
Los invitados, algunos con varitas de colores neón, presenciaron una ejecución del artista sin desafinaciones ni complicaciones, y eso sí, mucha fiesta y movimientos de cintura y hombros.
El anfitrión incluso se dio la libertad de reinterpretar “No Tengo Dinero” con una nueva versión.
Por eso invitó al dueto Zona Prieta, que puso calor, hip hop y baile al tema.
“En estos shows, en EU, que hay tecnología tan avanzada ¿les gustaría saber cómo hubiera sonado (‘No Vale la Pena’) si la hubiera grabado en este tiempo?”, preguntó a la gente antes de arrancar con la pieza.
Tras dos horas y 15 minutos de show, Juan Gabriel se fue entre vítores después de regalar “Abrázame muy Fuerte” y “Así Fue”, dejando el ánimo del público en lo más alto.
Ya afuera del foro, en el casino del Mandalay Bay, la gente siguió disfrutando, incluidos Manuel Hernández, trombonista del músico, y Bernardo Castillo, trompetista.