ISAAC GARRIDO
MEXICO (AP)
Mientras personalidades y admiradores seguían expresando el lunes su pesar por la muerte de Chavela Vargas, los restos de la emblemática cantante mexicana descansaban en la Ciudad de México, donde a las 5 de la tarde se realizaría su velorio en la Plaza Garibaldi, famosa por sus cantinas y grupos de mariachis.
María Cortina, amiga y biógrafa de la cantante, dijo que la intérprete quería despedirse en una plaza pública rodeada de su pueblo.
“Como ella decía: ‘Mi pueblo… A mí el público que me gusta es mi pueblo, yo donde quiero estar es en una plaza’’’, dijo Cortina el domingo a los medios. “Qué mejor plaza para ella que la Plaza de Garibaldi”, agregó afuera del hospital de la ciudad de Cuernavaca, en el central estado de Morelos, donde murió Vargas. La intérprete, quien desafió los estereotipos de género en la música ranchera mexicana, falleció el domingo a causa de un paro respiratorio tras haber pasado varios días hospitalizada por problemas respiratorios y cardíacos. Tenía 93 años. Creyente de los chamanes, no quiso rec
tibir hemodiálisis ni entubación para ayudarla a respirar. Su pasión por estas figuras era tal, que siempre aparecía luciendo amuletos y talismanes realizados por ellos.
El deceso de Vargas, nacida en Costa Rica y nacionalizada mexicana, encabezó las páginas de espectáculos de los principales diarios mexicanos y diversas personalidades, incluido el presidente de México Felipe Calderón, lamentaron el fallecimiento de la apodada “Chamana”.