Por Mauricio Angel
Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO – Aunque no figuraba entre las favoritas en Miss Universo, la mexicana Sofía Aragón no dudó al representar su papel y se hizo del tercer lugar del certamen, efectuado el 8 de diciembre en estudios Tyler Perry en Atlanta, Georgia.
Durante las tres horas de la gala, la jalisciense mostró inteligencia, gracia y soltura que la hicieron pasar las rondas eliminatorias y, de acuerdo con los jueces, recibir una mejor calificación que otras 87 mujeres de todo el mundo, incluso superando en expectativas a las representantes de Filipinas y Tailandia.
“No solamente se trataba de ganar la corona, siempre he creído que lo más importante es en quién te conviertes mientras consigues tus metas y sueños. La mujer en la que me estaba convirtiendo cuando mencionaban mi País me hacía sentir cada vez más orgullosa.
“Me probé a mí misma que nada me limita, ni siquiera las expectativas de la gente ni las etiquetas. Me probé a mí misma que se pueden romper los paradigmas. Me siento muy orgullosa de eso. No podría expresarlo de otra forma”, explicó Aragón en entrevista telefónica tras el concurso.
La gala fue conducida por quinto año consecutivo por Steve Harvey, quien terminó por anunciar como ganadora a la sudafricana Zozibini Tunzi, coronada por la filipina Catriona Gray, ganadora de 2018.
El conductor no perdió ocasión de recordar su error de 2015 al anunciar como ganadora a una colombiana, más porque la representante de ese país llegó a las primeras cinco junto con Tailandia y Puerto Rico (cuya representante, Madison Anderson, se quedó con el segundo lugar).
Además de anunciar los tops 20, 10, 5 y los primeros lugares, el siempre polémico Harvey cuestionó a las participantes desde qué enseñar a los jóvenes en tiempos tan revueltos como los de ahora, hasta qué harían de representar a sus países en voleibol.
La seguridad que le dieron sus cinco años de conferencista a la ganadora de Mexicana Universal- le valió a la mexicana para dar respuestas firmes, claras y puntuales, en las que abordó la salud mental, lo que arrancó apasionados gritos de apoyo que se escucharon durante la transmisión televisiva.
“Esto, para mí no fue perder, sino llegar a un puesto muy alto dentro de una plataforma. Lo más importante se cometió, se logró comunicar el mensaje y eso es lo que me hace sentir más orgullosa.
“Ahora sí se me puede reconocer como una mujer líder que reconoce el valor de una mujer en frente de una sociedad que cree que lo m·s importante es la belleza, incluso en una plataforma de belleza. Represento que lo m·s importante, que es tu mensaje, voz y misión de vida, lo llevas dentro”, destacó la joven de 25 años.
Un vestido rojo fue el atuendo de gala de Aragón, con el que recibió un ramo de flores en los últimos minutos.
Emocionada, destacó que lo que vivió, es sorprendente por el lado que se le vea. Es una historia que demuestra que nunca hay límites para trascender.