Agencia Reforma
MADRID, España.- España le rendirá un homenaje con un recorrido de sus restos mortales por las calles del centro de la capital madrileña.
México, país al que Montiel llegó acompañada de su madre en 1950 y del cual recibió, después, la nacionalidad, reconoció su aportación a la cultura fílmica en más de una decena de producciones a través de comunicados de organismos como el Instituto Mexicano de Cinematografía y la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
“Lamento su muerte, no fuimos muy amigas, pero sí nos teníamos bastante estima. El mayor acercamiento que tuvimos fue hace más de un año, cuando a Pepillo (Origel) se le ocurrió que fuéramos a Madrid para verla, nos trató muy bien en esa ocasión, platicamos, comimos, brindamos y es un grato recuerdo que me queda”, compartió Silvia Pinal ayer vía telefónica.
Montiel salió a los 22 años de España en busca de éxito, pues sus primeros filmes pasaron sin pena ni gloria, y pronto se convirtió en una celebridad, al grado que en 1951 filmó con Pedro Infante, el ídolo del cine nacional, tres cintas (Ahí Viene Martín Corona, El Enamorado y Necesito Dinero)
Dos años después debutó en Hollywood, donde brillo con películas como Vera Cruz, Yuma o Serenade, de Anthony Mann, director con el que se casó en 1957 usando su pasaporte mexicano.
Trabajó con Gary Cooper, Burt Lancaster, Joan Fontaine, Vincent Price y Charles Bronson.
En total, Montiel participó en cerca de 60 películas, desde que interpretó su primer papel en el cine en la cinta Te Quiero para Mí, donde apareció como actriz secundaria.
También destacó, con reconocimiento del público, en la música. Grabó más de 30 discos que incluyeron coplas y cuplés, revisitados con su característica voz grave y sexy que fue venerada en las últimas dos décadas por músicos como Joaquín Sabina, José María Cano, Javier Gurruchaga y Alaska y Fangoria.
Con ésta última agrupación colaboró en 2009 en el álbum Absolutamente Saritísima. Completamente, Científicamente y Televisivamente.