Agencia Reforma
Llena de energía y con un look moderno y juvenil, Paulina Rubio aprovechó un concierto organizado por Univisión Radio en el majestuoso Gotham Hall de Nueva York para dar una probadita de lo que será su nuevo álbum, Gran City Pop, el cual aparecerá el 23 de junio en las tiendas. La "Chica Dorada" lució un ajustado vestido de minifalda negra con brillos, chaleco, lentes y sombrero haciendo juego, y subió al escenario para adueñarse del micrófono, de pedestal anaranjado, durante una hora y media, en la que combinó dos de sus nuevas canciones con sus grandes éxitos, rodeada de una estética muy pop, con grandes retratos suyos, a la Andy Warhol, a sus espaldas. La pegadiza "Causa y Efecto", primer sencillo del nuevo disco, puso de inmediato a bailar a las mil personas que asistieron al concierto privado, en lo que antiguamente fue la sede del Greenwich Savings Bank, en el corazón de Manhattan. Secundada por una banda de cinco músicos, todos vestidos de blanco, Paulina no se quedó atrás y, a pesar de llevar altos tacones de aguja, saltó y bailó para demostrar la destreza y agilidad de sus piernas. Tras algunos éxitos de años pasados, como "Lo Haré por Ti", "Yo No Soy Esa Mujer" y "El Último Adiós", la ex Timbiriche presentó una composición de tono romántico que está incluida en su nueva producción, "Ni Risas ni Juguetes", que dedicó "a todos esos maravillosos hombres, sin los cuales no podemos vivir". Retomó otras canciones del ayer, entre ellas "Nada Puede Cambiarme", "Te Quise Tanto" y el tema en inglés "Beautiful Lie", antes de llegar a la parte más especial del concierto, cuando, acompañada solamente por uno de sus músicos, con la guitarra acústica, interpretó "Enamorada", "Sabor a Miel", "Mío" y una nueva versión de "Causa y Efecto". Con una toalla blanca sobre sus hombros, y sentada sobre una de las grandes bocinas al costado del escenario, Paulina brindó un tono muy íntimo a esa parte de su repertorio, lo cual fue muy agradecido por la audiencia, que cantó a todo pulmón los coros de sus canciones. Mientras tanto, Rubio se relajó, aprovechó para desearle públicamente un feliz Día de la Madre atrasado a su mamá, la actriz Susana Dosamantes, y también se refirió con ternura a su "México lindo y querido", que está pasando unos momentos difíciles por el brote de gripe A H1N1. "Estoy leyendo como una historia apocalíptica con este virus", dijo, para quejarse de la cobertura mediática en el extranjero, que ha llevado a actitudes de xenofobia antimexicana. "Pero el amor, la comprensión y la música es lo que va a matar cualquier cosa", resaltó, antes de volver a ponerse de pie y, bajo una lluvia de globos, terminar con "Y Yo Sigo Aquí" y "Ni Una Sola Palabra".