Agencia Reforma
Realizar un concierto en estados como Michoacán, inmerso en una ola de violencia, sería muy arriesgado para Pepe Aguilar, su familia, el equipo de producción y hasta sus seguidores.
“No vamos a ir a jugarle al vivo a un lugar que es tan peligroso, ni en México ni en China. Las últimas veces (que actué en Michoacán) ha estado complicado; no tanto como ahora, que está en crisis.
“La gente no sale (allá), no se hacen espectáculos, y no soy el único artista que no está haciendo shows en lugares de conflicto. Ni siquiera se realizan las ferias estatales”, dijo Aguilar, en entrevista.
Agregó que realizar un concierto es sinónimo de celebración y felicidad para el cantante, cuando los michoacanos viven hoy con miedo y preocupación por la falta de tranquilidad.
“La prioridad es la paz social. Es momento para unirnos como mexicanos desde nuestras trincheras, hacer que nuestros hijos tengan conciencia del problema y desde casa volvernos ciudadanos correctos con base en la educación. “Esto se puede salir de las manos fácilmente. Es un problema complejo, que llegó después de muchos años atrás y no desaparecerá de la noche a la mañana”, opinó.
Mientras llega el momento de volver a recorrer toda la República, Aguilar no puede ocultar el orgullo que le da ver cómo la tercera generación de los Aguilar ya está tomando camino en la música popular mexicana.
Se trata de sus hijos Leonardo Antonio y Ángela, de 14 y 10 años, respectivamente.
Ambos ya editaron un trabajo en conjunto titulado Nueva Tradición.
Sin embargo, para poder convertirse en cantantes su padre les inculca tener una formación académica y estar en constante preparación.