Cuando se dio a conocer la noticia de su arribo como el salvador que todo México esperaba, la mayoría de los amantes de la cáscara en nuestro país (incluido un servidor) se nos hizo un nudo en la garganta. Creímos ciegamente que el Vasco con su experiencia y sus comprobados ?omelettes? tendría el toque para sacar al Tri de la barranca en la que caía, sin embargo, la desesperación le ha llegado al cuello y, ante Panamá, terminó por sacar el ?cobre?. No hay que confundir la pasión y la garra con la ?mala leche?, es verdad que la patada que le dio Aguirre a Phillips no es para crucificarlo pero sí es motivo suficiente para prender focos y muy rojos en la selecciona nacional, y es que el único que no debe perder la cabeza en estos momentos tan apremiantes para nuestra cáscara es el director técnico. La imagen le dio la vuelta al mundo, y algunos dirán ?que bueno? porque al menos México vuelve a ser noticia en el fútbol mundial; lo que resulta lamentable es que no sea por una repunte en su nivel futbolístico sino por la decadente actitud en la que han caído nuestros paisanos pamboleros. Los verdes están en cuartos de final de la Copa Oro y en términos generales su rendimiento sigue por debajo de lo esperado. Hay que darle la vuelta a la hoja y seguir adelante en este torneo para enfrentar a los Estados Unidos en la gran final y vencerlos. Eso, mis amantes de los tacos de suadero, es lo único que salvará al Vasco y compañía antes de que, sin más remedio, estiren la pata y cuelguen los botines.