Jorge Rivera
La Raza del Noroeste
Es verdad que los Marineros de Seattle están sorprendiendo a la liga y a muchos aficionados. Es verdad que están primeros en su división y al cierre de esta edición habían ganado seis juegos seguidos, que tienen uno de los mejores records del béisbol, 7-2. Pero van solo 9 juegos, y son 162, el resultado es alentador, pero como resultado no importa tanto. Lo que importa, y es algo que importa mucho, es que están jugando gran béisbol. ¿En resumen este es un club que tiene algunas armas si las jugamos en nuestro estilo¿, dijo el entrenador Don Wakamatsu durante la semana. ¿Acepto la victoria, pero jugamos buen beisbol, y eso es lo que me importa, darle a nuestros aficionados razones para celebrar¿, concluyó. Y es que los navegantes hicieron en sus primeras semanas de competencia mucho más de lo que todos esperaban. Pero sobre todo, practicaron un beisbol inteligente, donde las jugadas de habilidad aportan tanto como los cuadrangulares. En su primer juego en Safeco, los Marineros fueron a extra innings contra el rival que los derrotó tantas veces en su propio estadio el año pasado, los Serafines de Anaheim, o sea, los Angelinos de Los Angeles. Pero los azules definieron el juego a su favor en el décimos inning con un doble de Franklin Gutierrez y un toque de sacrificio de Yuniesky Betancourt que sorprendió al pitcher y lo hizo fallar. No jonrones, solamente, beisbol de base, bien jugado. El Miércoles los Angelinos batallaron hasta el quinto inning en un juego parejo, pero Seattle usó sus armas con inteligencia. Ichiro regresó robando una base y creando más situaciones de ¿toque¿ sorpresivo, los Marineros anotaron dos veces respondiendo la amenaza de Los Angeles en ese mismo inning. En el sexto, Rob Johnson conectó un ¿Doblete de piernas¿, es decir un hit no muy lejos, que pudo haber sido sencillo, pero por su esfuerzo y velocidad lo llevó a segunda base. Dos bateadores después, Franklin Gutierrez, que anotó cuadrangular en el primer juego, esta vez la tocó suave, confundió al pitcher, dio espacio a la carrera de Johnson. En brasil lo llamarían ¿Jogo Bonito¿. Seattle derrotó mentalmente a Los Angeles, los rojos se vinieron abajo, y en el séptimo los de casa rompieron el cascarón con siete carreras. Los marineros están jugando un beisbol que de algún modo se parece a lo que vimos de los equipos orientales en el clásico mundial. ¿Cuadrangulares? sí, algunos, pero no muchos. Mucha más contribución de todos y no solo de los bates poderosos, apoyada en concentración y sacrificio en los lanzadores. Un bonito comienzo del beisbol en Seattle, muy distinto al año pasado.