Agencia Reforma
GUADALAJARA, Jalisco, – No tenía remedio. Efraín Flores en otras ocasiones ha rescatado por lo menos la actitud de sus jugadores. Ahora ni siquiera tuvo para eso.
Resignado, el técnico del Rebaño reconoció que el Toluca los superó ampliamente anoche durante en el partido que perdió en el Jalisco.
“Por los números que se están dando, sí vamos de más a menos, tenemos que recomponer esto de aquí a Morelia, para que el equipo vuelva a retomar ese mismo de menos a más.
“Toluca hizo un partido inteligente, nos tapó todos los espacios, al equipo le faltó dinámica, nos faltó movilidad para poder ejercer mejor posesión de la pelota, no tuvimos un buen primer tiempo, y Toluca fue mejor”, reconoció el estratega rojiblanco.
Efraín se quejó nuevamente del trabajo arbitral, en esta ocasión del novel silbante Miguel Ángel Ortega, al que acusó de carecer de personalidad para la marcación de faltas hacia el contrario.
“Aparte de que el equipo no me gustó como jugó, fue algo que sentí al final del partido, no me gustó nada de verdad el equipo, y en segundo lugar la impotencia que sientes cuando hay un arbitraje de este tipo, que no tiene personalidad que le falta para marcar lo que debe marcar en momentos importantes del partido”, agregó el técnico rojiblanco.
“Toluca fue mucho mejor que nosotros, pero hay cosas del reglamento en las que yo hablo que son de personalidad, porque (Édgar) Dueñas) merecía una expulsión, Cristante que ya tenía amarilla le volvió a hacer lo mismo y también le perdonó la expulsión, por eso digo que le falta personalidad, porque los jugadores le hacen lo que quieren, pero el árbitro realmente no influyó en los dos goles, y Toluca fue mejor, no hay duda de eso”.
Efraín reconoció estar preocupado por el bache en el que está sumido su equipo.
“Yo me voy a preocupar para que mi equipo vaya con las mejores emociones, con la mejor motivación, tratando de hacer un buen futbol, y de los demás que no me compete a mí, no puedo hacer nada”, comentó al referirse a la posible molestia que haya en su directiva y la desconfianza hacia su trabajo.