Efrain Plomino Morales
Corresponsal de La Raza del Noroeste
El fútbol, y todos los deportes en general, existen para hacernos soñar. No importa que estemos peleados con nuestra “gorda”, porque después de un gol de nuestro equipo hasta ricas se nos hacen sus lonjitas; tampoco importa si la crisis nos tiene hasta el cuello, después de una victoria se puede celebrar gloriosamente con una humilde espumosa. Estos son tiempos de soñar, y es que en nuestra cáscara se disputan las máximas glorias que un equipo profesional anhela conquistar: el título de Campeón del Clausura 2009 y el ascenso de la Primera A. Pachuca y Pumas acaparan los reflectores mediáticos, tanto tuzos como felinos hacen suspirar no sólo a sus “hinchadas” sino a todo el fútbol mexicano, y es que la final es el clímax de una larga temporada y es en ella donde se desata por completa nuestra pasión. Los hidalguenses lucen como favoritos después de terminar como líderes generales de la competencia, mientras que los universitarios traen la garra y la experiencia de un Tuca que se ha convertido en el técnico con más liguillas jugadas en la historia. Lo que es verdad es que ambos son dos “grandes” de nuestra cáscara, los dos buscan su sexta estrella y esto termina por darle un matiz distinto a la gran final. Por otra parte está la disputa por el ascenso al máximo circuito. Venados de Mérida y Gallos Blancos del Querétaro lucharán por ocupar el lugar que dejó vacante el Necaxa en la Primera División Nacional. Para esta batalla se marca como favorito a Mérida, ya que estos traen el ritmo de competencia de la Liguilla, mientras que los emplumados, al no calificar a estas instancias, descansaron tres semanas que pueden marcar la diferencia. Sea quien sea el ganador será bienvenido a lo “barridito”, ya que siempre es bueno recibir una plaza nueva que llegue a dar colorido y pasión a una liga que, ya de por sí, nos ha puesto a soñar a todos. ¡A destapar las frías, mi raza!, que este fin de semana habrá dos campeones que festejar.