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SEATTLE (AP) — Ken Griffey Jr. se retiró el miércoles por la noche, poniendo fin a una de las grandes carreras en la historia del béisbol.
Griffey, de 40 años, le dijo al presidente de los Marineros, Chuck Armstrong, que ya no jugará. El manager Don Wakamatsu hizo el anuncio a los jugadores antes de la práctica de bateo.
Griffey no estuvo en el recinto del equipo antes del partido del miércoles frente a Minnesota. El club informó que el toletero no estaría en el Safeco Field.
“Aunque siento que aún puedo hacer una contribución en el terreno y nadie en la gerencia de los Marineros me ha pedido que me retire, cuando me reuní con los Marineros antes de la temporada del 2009, y fui invitado de vuelta, les dije que nunca me permitiré convertirme en una distracción”, afirmó Griffey en un comunicado.
“Siento que sin suficientes salidas ocasionales como titular para tener mayor precisión al salir de la banca, mi continua presencia como jugador sería una distracción injusta para mis compañeros, y su éxito como equipo es lo que debería ser la meta definitiva”, agregó.
Un año difícil
Griffey sólo estaba bateando para .184 sin cuadrangulares y siete producidas este año, y recientemente pasó una semana sin jugar. A principios de la temporada hubo una versión de prensa —que Griffey rechazó— de que el jugador se había quedado dormido en la caseta del equipo durante un partido.
Griffey fue jardinero durante 13 ediciones del Juego de Estrellas y ocupa el quinto lugar en la lista de los principales jonroneros en la historia de las Grandes Ligas, con 630. Obtuvo un premio al Jugador Más Valioso y ganó 11 veces el Guante de Oro. Lo único que le faltó en su historial fue participar en la Serie Mundial.
Carrera Ilustre
Un astro desde que fue el primero en ser elegido en el draft de 1987, Griffey jugó 22 años en las Grandes Ligas, pasando por Seattle, los Rojos de Cincinnati —donde radicaba— y los Medias Blancas de Chicago. Tuvo un promedio de por vida con el bate de .284, con 1.836 remolcadas.
Un año después de su debut en las mayores, Griffey gozó uno de sus grandes momentos. Al jugar con su padre homónimo, también participante del Juego de Estrellas, conectaron jonrones consecutivos en un partido con los Marineros.
Durante una época de la década de 1990, llegó a ser considerado el mejor jugador en las mayores. Y en la Era de los Esteroides su nombre nunca fue vinculado con las sustancias para mejorar el rendimiento, una verdadera rareza entre contemporáneos como Barry Bonds, el dominicano Sammy Sosa y Mark McGwire.