El nuevo formato de finales en la MLS parece haber dado todo el resultado que se espera, es decir, crear drama al final del año.
Para cuando usted, amigo lector, lea esta nota ya no quedarán más que cuatro equipos en contienda, que se batirán dos a dos el 11 de noviembre en las series para definir finalistas.
Desafortunadamente el cierre de esta edición no permite saber si Sounders estará en contienda, y lo mismo sucederá con el choque “a muerte” entre DC United y el Red Bull.
Los que ya están dentro son noticia, porque son sorpresa.
El primero es el “antipático” Galaxy de Los Angeles, que llegó al juego de vuelta en inferioridad de condiciones tras perder 1-0 en su patio.
Pero en San José a los galácticos “se les apareció la virgen” en la forma de una lesión regresando a las no tan jóvenes piernas del sólido catracho Victor Bernardez.
Fue como ver una película, San José dominaba gracias a Bernardez los ataques del Galaxy, cayó, entró un africano flaco y despistado, y por su frente y su espalda pasaron los goles que sellaron el paso de los de Beckham.
En la llave del este el drama es aún mayor porque los favoritos y primeros sembrados ya quedaron en la luna, el futbol práctico del Sporting Kansas City no le alcanzó para llegar a finales. En su camino apareció la sombra de un cuadro que ya dos veces le amargó la fiesta al equipo de casa, el Seattle, cuando estaba en esta conferencia.
Es el Dynamo de Houston, que entró último y ahora es casi favorito para llegar a la final.
Su rival debiera ser el otro equipo millonario de la liga, el Red Bull, donde el francés Thierry Henry y el australiano Tim Cahill ha hecho valer su precio en dólares y debieran hacerlo en las instancias finales.
Es tiempo de liguilla, con más frio que en nuestros países, pero con dramas similares, y con incertidumbre. Veremos qué pasa. JRP