México, mirando hacia 2012

Jorge Ramos

Columnista

El Presidente de México, Felipe Calderón, ya va de salida. Le quedan 21 meses para que termine su periodo. Pero la contienda – de candidatos y de ideas_ por reemplazarlo ya comenzó.

Un puñado de candidatos de los principales partidos políticos de México ya han revelado sus aspiraciones presidenciales, y lo que diga o haga Calderón cada día es menos relevante. Lo que más importa a los mexicanos es lo que diga el que será el próximo presidente, porque hay una enorme inconformidad con la dirección del país.

Un sondeo reciente realizado por Univision y la firma de encuestas Parametria reveló que un 56 por ciento de los mexicanos cree que su país está en “el camino equivocado”. Esto es producto de las políticas fallidas del gobierno en su lucha contra los carteles de la droga – y a la violencia, falta de seguridad y abusos a los que gente inocente está sometida como consecuencia de ella.

Desde que Calderón ordenó a las fuerzas armadas en México que colaborarán en el combate contra los carteles en 2007, esos abusos han aumentado. Human Rights Watch dice que desde entonces ha recibido miles de informes de violaciones de los derechos humanos por parte de los militares. Entre ellos están acusaciones de asesinatos, secuestros, torturas y violaciones. No es sorprendente, entonces, que la paciencia del pueblo esté desapareciendo; la gente está cansada de esperar para ver los resultados de las políticas antidrogas de Calderón.

El próximo presidente de México va a tener que cambiar su estrategia. La de ahora – que ha dejado más de 34 mil muertos en cuatro años – es un fracaso para muchos mexicanos. ¿Hay que negociar con los narcos? Un 46 por ciento de los encuestados prefiere “que no haya violencia en el país aunque exista algo de narcotráfico.”

De hecho, un reconocido miembro del Partido Revolucionario Institucional, o PRI – cuyo nombre no puedo mencionar porque hablamos “off the record” – me dijo hace tiempo que no había ninguna razón para derramar sangre de mexicanos dado que la droga iba a consumidores estadounidenses. Cierto o no, muchos mexicanos tienen la percepción de que el PRI negoció con los narcotraficantes – o se hizo de la vista gorda – cuando controlaba la presidencia a lo largo de la mayor parte del siglo XX.

En entrevistas, el senador Manlio Fabio Beltrones y el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, miembros ambos del PRI, me dijeron que es absolutamente falso que presidentes hayan negociado con los carteles. Esa versión, según ellos, es una estrategia de sus opositores políticos para disminuir las posibilidades del PRI de recuperar la presidencia del año entrante.

Aun así, si las elecciones fueran hoy, la encuesta indica que el partido ganador sería el PRI (49 por ciento), seguido por el Partido Acción Nacional (28 por ciento) y el Partido de la Revolución Democrática (16 por ciento). El PRI ganaría (55 por ciento), incluso, si el PAN y el PRD forjaran una alianza electoral (45 por ciento).

Es muy probable que el resurgimiento del PRI se deba a muchos factores, pese a su historia de autoritarismo y censura. Quizá los mexicanos simplemente desean un gobierno de mano más dura, O quizá desean un partido que ellos consideran que sabe negociar. Pero hay más. El PRI tal vez ha resurgido debido al desgaste natural del PAN tras dos sexenios en el poder y a las peleas internas del izquierdista PRD.

Sé que falta mucho para las elecciones presidenciales en México, el primero de julio del 2012, pero la violencia y el malestar económico de muchos mexicanos han adelantado los tiempos políticos.