Associated Press
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Rafael Márquez pasó los últimos años de su carrera abogando por los derechos de los futbolistas que en México, muchas veces, son pisoteados por los dirigentes.
Ahora, el ex capitán de la selección mexicana será uno de esos dirigentes al asumir como presidente deportivo del Atlas de Guadalajara.
Márquez, quien se retiró de las canchas tras el Mundial de Rusia, encabezó un movimiento que logró conformar la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales que tiene como su misión primordial mejorar las condiciones de los futbolistas.
“Empiezo una nueva etapa con el equipo que vio mis primeros pasos, donde terminé mi carrera y que quiero tanto; hoy me da esta oportunidad pero sobre todo, es una gran responsabilidad”, dijo Márquez. “Se me hacía un crimen no exprimir todo ese conocimiento que adquirí a una institución a la que le debo mucho, más allá de ser directivo, quiero aportar todo mi conocimiento a esta institución”.
Márquez, de 39 años, debutó con Atlas, pero la etapa más brillante de su carrera fue un ciclo de siete años con el Barcelona de España. Con los azulgranas, el defensor central conquistó cuatro títulos de la liga española y dos más de la Liga de Campeones.
Quiere que el Atlas emule al estilo de juego del Barcelona.
“Vamos a promover el juego bonito como el del Barcelona donde jugué y aprendí mucho ya que el ADN del Atlas y del Barcelona se pareen mucho”, agregó. “Quiero exprimir todo eso y dar un perfil tipo Barcelona, creo que se asemeja un poco al estilo del ADN del Atlas, que es el juego dinámico, bonito y ofensivo”.
A diferencia del Barcelona que es un coleccionista de campeonatos, Atlas no es campeón de liga desde la temporada 1950-51 y actualmente ocupa la parte baja de la clasificación del Apertura mexicano.
“Hablar de plazos (para un campeonato) es difícil pero va a ser un trabajo arduo y va a costar cierto tiempo, pero confío en que podamos lograr los resultados”, dijo Márquez, quien como dirigente deberá seguir cargando con el peso de la sanción que le impuso el Departamento del Tesoro por presuntos vínculos con un narcotraficante de Guadalajara.
De acuerdo a medios locales, la Secretaría de Hacienda le descongeló sus cuentas en México pero el Tesoro no lo ha retirado de la lista de sancionados que le prohíbe tener relaciones comerciales con compañías estadounidenses.