Por CARLOS RODRÍGUEZ,
Associated Press
CULIACÁN, Sinaloa (AP) — Si el primer día de entrenamiento de Diego Armando Maradona al frente de los Dorados sirve como ejemplo, habrá que creer lo que dijo el “Pelusa” momentos antes, cuando se le presentó como nuevo estratega de este club de la segunda división mexicana.
No viene a México a vacacionar.
Ante unas 3.000 personas que lo ovacionaron en todo momento en el estadio Banorte de esta ciudad, Maradona lució lleno de vitalidad durante el primer contacto en cancha que tuvo con sus nuevos jugadores.
Después de caminar junto a todo el plantel hacia la tribuna para dar gracias a los espectadores presentes, Maradona comenzó a dirigir la práctica vespertina, la cual detuvo en varios momentos para corregir a sus pupilos, a quienes con gestos y palabras explicaba los movimientos que deseaba sobre el campo.
Después de unos cuarenta minutos en la cancha y con un calor que rondaba los 30 grados Celsius, Maradona tomó un descanso, se quitó los zapatos de fútbol y volvió a caminar hacia la tribuna para firmar algunas camisetas ante decenas de aficionados que se recargaron sobre las rejas que dividen la tribuna del campo.
Cerca del final de la práctica, un niño saltó al campo y corrió hacia Maradona mientras un vigilante intentaba detenerlo pero el entrenador argentino le pidió que lo dejara acercarse. Le dio unas palmadas al pequeño y le pidió retirarse con el personal de seguridad del estadio.
Al término de la práctica, Maradona regresó de nueva cuenta a dejarse consentir por la gente en las gradas y lo hizo acompañado de toda su plantilla. Después pidió el micrófono a los encargados del sonido del inmueble para hablarle a su nueva feligresía mexicana.
“Gracias por venir, estos chicos se lo merecen, con ellos vamos a luchar para estar arriba, pero sólo lo vamos a lograr trabajando todos los días como lo hicieron recién”, dijo Maradona, quien ha prometido luchar para regresar a Dorados a la máxima categoría por tercera vez en su historia.
Después de hablarles a los aficionados, el argentino se dirigió hacia la salida del campo pero antes fue interceptado por varias personas que le pidieron tomarse fotografías. Después, algunos de sus propios jugadores aprovecharon la oportunidad de tenerlo tan cerca para pedirle que firmara camisetas e incluso para retratarse a su lado, en un acto que parecería impensable con un entrenador que no se llame Diego Armando Maradona.
Y éste es apenas el comienzo. El 17 de septiembre, Maradona dirigirá su primer partido con Dorados, en Culiacán frente a los Cafetaleros de Tapachula.