FILADELFIA (AP) — Si el dominicano Manny Ramírez va a disculparse con sus compañeros en persona, es improbable que lo haga en los próximos dos días. El cañonero suspendido no acompañó a los Dodgers de Los Angeles a Filadelfia. Sin embargo, podría presentarse en los vestidores del club en la Florida este fin de semana cuando los Dodgers enfrenten a los Marlins. ?Supongo que hay una oportunidad?, dijo el manager Joe Torre antes del juego del martes frente a los Filis. ?No se nos ha dado ninguna información definitiva. Está vapuleado por esto, y no es que lo considere injusto, es simplemente que está avergonzado y pienso que sólo necesita algún tiempo para aclarar su mente?, agregó. ?Entre más pronto mejor para todos los involucrados. Queremos verlo como equipo. Los jugadores lo están apoyando porque lo conocemos como persona y queremos ayudarlo a que supere eso?, señaló Torre. Ramírez fue suspendido 50 juegos el jueves por dar positivo en una prueba de fármacos prohibidos. El propietario de los Dodgers, Frank McCourt, se reunió con el jardinero la semana pasada y le pidió que acudiera con sus compañeros para disculparse. Ramírez vive en Pembroke Pines, Florida, lo cual hace que sea más probable una reunión en Miami. ?Simplemente necesita darle a los jugadores una oportunidad de abrazarlo o de hablar con él?, dijo Torre. ?No pienso que necesite dar un discurso a los peloteros, sólo que se presente. No será nada negativo. He hablado con él cuatro veces. No era el mismo?, apuntó el manager. Los Dodgers ciertamente extrañan el poderoso bate de Ramírez a la mitad de su orden al bate, pero también añoran su amplia sonrisa y personalidad juguetona en los vestidores. Ramírez firmó un contrato de 45 millones de dólares por dos años en la pausa entre temporadas.