FORT LAUDERDALE, Florida, EE.UU. (AP) — A la mañana siguiente del Super Bowl y al levantarse de la cama, Drew Brees aún no podía darle crédito a la victoria de sus Saints de Nueva Orleáns. Voltéandose hacia su esposa le preguntó: “¿Es cierto que ganamos o estoy soñando?”.
Los Saints y sus fanáticos despertaron el lunes con un sueño hecho realidad. El equipo perdedor que se hacía querer finalmente se había consagrado como campeón del Super Bowl por primera vez en sus 43 años de historia tras ganarle el domingo 31-17 a los Colts de Indianápolis.
“No creo que aún lo he podido asimilar”, dijo Brees el lunes. “Va de a poquito”.
“Nuestra victoria fue la culminación de cuatro años de duro trabajo, por encima de muchas adversidades, altibajos y sobre todo representando a una ciudad que ha tenido que pasar por tantas cosas”, resaltó Brees.
“Durante todo este tiempo, siempre me preguntaban si cargábamos una responsabilidad o si teníamos una presión adicional. Si uno sentía que se cargaba el peso de la ciudad en tus hombros. Yo siempre contestaba que ‘para nada’. Nuestra ciudad, nuestra gente, nos dieron la fuerza y eso se lo debemos. Eso marcó la diferencia. No hay mejor afición que la de la ciudad de Nueva Orleáns. Esto es un honor”, añadió.
Mientras Brees hablaba, el entrenador Sean Payton observaba sentado desde un costado, con los codos sobre sus rodillas y tapándose el rostro con sus manos.
Cuando llegó su turno para hablar, Payton se inclinó sobre el podio y tomó el trofeo Vince Lombardi con su mano derecha. Emocionado, contó que Joe Lombardi, el nieto de Lombardi que es uno de sus asistentes, se había sacado fotos con el trofeo plateado que se entrega al ganador del partido.
“Joe Lombardi, su padre, Vince hijo, y sus dos hermanos posaron con este trofeo, los cuatro. Fue cuando me dije: ‘No puede ser’’’, contó Payton. “Si tu crees que hay un cielo y que Vince Lombardi está mirando de arriba a su nieto, pues no hay nada que supere este momento. Este es alguien que entrena a nuestros quarterbacks, entrena a Drew Brees y el trofeo lleva el nombre de su abuelo”.
Payton mencionó que cuando todo se aquietó en su habitación, a esos de las 3 de la madrugada, se puso a orar por su experiencia y la experiencia en Nueva Orleáns, donde asumió como entrenador en 2006 cuando la ciudad había quedado en ruina apenas meses tras la devastación del huracán Katrina en agosto de 2005.
El campeonato de la NFL tuvo lugar cuatro años y medio después de que el huracán Katrina azotó a Nueva Orleáns, y dejó en condición de nómadas a los Saints en la temporada de 2005.
Incluso surgieron algunas dudas sobre su regreso, pero la NFL se negó a dejarlos fuera. El Superdome fue reconstruido y los Saints ganaron la Conferencia Sur en el 2006, su primera temporada con Brees y Payton.
No por nada el comisionado de la NFL Roger Goodell consideró como “mágico” este Super Bowl.
“Fue algo más que un partido y mucho más que un equipo de fútbol americano”, dijo.