Los ocho grandes

Por Francisco Javier González

Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO – Hay décadas claramente identificadas en la historia del futbol mexicano.

Las Chivas escribieron lo mejor de sus tiempos en los sesenta, Cruz azul en los setenta, el América fue muy ochentero y relevado por el Necaxa, y el nuevo milenio volteó a ver al Toluca, a Pachuca y a Santos Laguna.

El dominio de la última década queda claramente explicada por el espléndido recuento que hace Grupo REFORMA: América, Tigres, Santos Laguna y Rayados se reparten la parte más abundante del pastel.

Existen varias lecturas que llevan a la conclusión de lo que es la grandeza de un equipo y aunque la más importante son los títulos, es evidente que el Toluca, uno de los tres que suman más cetros, no recibe en México ese tratamiento.

Lo que un equipo representa en el ánimo de la afición de un país tiene que ver también con otras cosas.

Los Diablos tienen todo para merecer la distinción de grandeza mientras que Pumas y Cruz Azul merecen estar lejísimos de ella, pero como el pueblo decide, siguen siendo parte de los equipos que más ayudan a la taquilla del anfitrión cuando lo visitan, más son vistos por televisión y más camisetas venden fuera de su lugar de origen.

Podemos hacer una analogía con algunas de las Ligas más importantes del mundo: Liverpool, por cierto campeón de Europa y del Mundial de Clubes, no es campeón de Inglaterra desde 1990 y el Arsenal tampoco lo ha sido en la última década y media. Está claro que siguen siendo grandes.

Desde el escándalo de las apuestas que dejó desierto el título en Italia en 2005, el Inter de Milán ganó cinco al hilo, otro el Milán y los últimos ocho la Juventus de Turín.

También aquí es claro que hay otros grandes pese al dominio tan prolongado de dos equipos que opacaron a todos los demás participantes.

Cruz Azul, Pumas y Chivas tienen que estar sumamente preocupados no solamente por pelear el próximo campeonato, sino por iniciar otra etapa triunfadora de esas franquicias que les hagan salir de la gran mediocridad de los últimos tiempos. Es decir, ser ganadores consistentemente aunque el título de repente lo tengan que compartir porque el sistema de Liguilla hace todo más azaroso,

A los nuevos campeones les cuesta trabajo lograr el reconocimiento popular que ellos tienen, pero que pierden año con año. Su imagen se va diluyendo y las nuevas generaciones no los han visto campeones.

La Liga MX necesita tener ocho o nueve equipos grandes que capten la atención de la tribuna.

Si los “históricos” se recuperan, la cuenta no está lejana a poder completarse.

Tigres, Rayados y Toluca ya tienen un lugar importante y esperan que al dominio del América se sume la resurrección de Chivas, cementeros y pumas.

¿Se imaginan un torneo con todos ellos a todo tren?