Jorge Rivera – Hablemos Fútbol.

Es muy triste trabajar tan duro durante 4 días, para regresar a casa con cero puntos.

Pero esa es la vida en el fútbol, nadie gana todos los partidos, y nadie los pierde tampoco; Sounders aún despiertan a la competencia internacional, siendo un club joven, donde el aprendizaje que queda puede incluso ser más importante que el resultado puntual.

¿Que lecciones quedan después de la derrota? muchas, algunas de fútbol y algunas de vida, por decirlo así.

– La primera es consecuencia de haber podido seguir el grupo, relativamente de cerca, durante este viaje; quien escribe pudo observar el orden, el profesionalismo, la disciplina de un grupo que es mucho mas que once; entrenadores, asistentes y administradores tienen toda su atención en el equipo.

En este grupo, no se puede dudar que se destaca la disciplina del entrenador Sigi Schmid; su cabeza está en cada jugador y en todos, al final de las prácticas hace comentarios específicos a algunos, parece ver cosas cuando no está mirando, puede decirse con confianza que su vida son sus muchachos, el éxito del equipo; fue muy bueno ver esto de cerca.

– La segunda es la falta de público en el estadio, y el error arbitral, como síntomas de un torneo que aún le falta para “cuajar” en sus objetivos. Hubo comentarios sobre poca conexión del Marathon con su dirigencia, sobre crisis económica mientras se construye un estadio propio, lo que muchos consideran un lujo innecesario, pero no existe forma fácil de averiguar la verdad; CONCACAF tiene camino por recorrer, y el arbitraje debe seguir siendo prioridad, para que el torneo siga mejorando.

– La tercera y final, en lo no futbolístico; la emoción enorme de vivir nuestra Latino América, de conocer otro país (el décimo de nuestro continente para quien escribe), y encontrar tantas similitudes y tan pocas diferencias, desde la pobreza en los barrios hasta la amabilidad de las gentes, y los jugos de frutas frescas sin preservativos, recién licuados, “el olor de la guayaba” como dice García Márquez, que en este caso era de plátano, pero da lo mismo.

En el fútbol, quedan también lecciones; las más importantes serían:

– La ausencia de Nyassi y Zakuani pudo haber afectado la velocidad de Sounders en los costados, curiosamente más en defensa que en ataque, porque los relevos de Levesque a Leo y de Fernández a Riley, se vieron lentos todo el juego, frente a los veloces hondureños de los costados.

– El cuatro central que en defensa formaron Parke, Marshall, Alonso y Sturgis se jugó la vida frente a los amagues rápidos de Cardozo, Amarilla, Raymond y Paz; y lograron contenerlos en la mayoría de veces, pero las dos o tres que no pudieron con sus cambios de perfil o sus enganches, pagaron las consecuencia.

– La asociación de Fernández y Montero va camino a dar muchos frutos, hay que darle tiempo, pero la dinámica de los nuestros se ve, la cooperación de Alonso en esto será vital, aunque en San Pedro pudo hacer poco por el peligro que enfrentaba en defensa, pero es un grupo que, al parecer, crecerá como núcleo generador de buen fútbol, para el equipo de casa.

Se perdió, y duele, pero no se dio un paso atrás; en opinión de quien escribe, el partido fue una inversión en experiencias, dentro y fuera de la cancha, que sigue ayudando a este equipo, de añito y medio de vida, para progresar en su camino a convertirse en uno de los más relevantes del continente, como quieren serlo sus jugadores y sus directivos.

Suerte para ellos.

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