Si usted es de los que sigue el fútbol de cerca, y con detalle, seguramente ya ha visto, ya conoce, la zona muerta del fútbol.
También podría llamarse el punto ciego, aquella parte de la cancha donde no llegan con la misma precisión los ojos de los arbitros, donde los errores suceden más a menudo.
La zona muerta queda en las esquinas de la cancha que son opuestas a los jueces de línea; muchos no lo notan, y toma tiempo notarlo si alguien no lo explica, o si no se ha leído…
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… el reglamento; pero, aunque existe un juez de linea en cada costado, este no viaja por toda la raya, solo por la mitad de la cancha.
En teoría, la visión del linea de ese lado, desde su lado, la del otro juez de línea desde el otro lado, y la libertad de movimientos del juez central, cubren toda la cancha.
Bueno, al menos eso se pensaba hace varias décadas, cuando se definieron el número y las funciones de los jueces de línea.
Pero el mundo ha cambiado, y el fútbol ha cambiado.
El juego ha ganado mucho en velocidad, y determinar con precisión qué pasó en la cancha, es cada vez más difícil para tres hombres que tratan de cubrir una cancha de 100 metros por 60, medidas típicas, con 20 jugadores corriendo a toda velocidad, y tratar de saber qué exactamente ocurrió, y dónde, es increiblemente difícil.
Comparemos nuestro fútbol con otros deportes, en el tema arbitral:
El fútbol americano se juega en un campo de medidas que pueden considerarse similares; en cada momento del juego, el número de participantes en la cancha es el mismo que nuestro fútbol, once por equipo.
Pero ¿Cuántos jueces se dedican a regular el juego? Siete, más del doble que el fútbol soccer.
En el Hockey de la NHL, donde se juega con un disco de goma que no se sale casi nunca del hielo, 6 jugadores por equipo en la cancha, y no hay saques laterales, se utilizan 5 jueces.
Solo el baloncesto utiliza menos jueces que el fútbol, pero claro, se juega en una cancha de una fracción del tamaño, y básicamente con la mitad de jugadores.
¿Por qué usamos tan pocos jueces en el fútbol?
La jugada de Thierry Henry contra Irlanda, en el juego que decidía la clasificación al mundial, es solamente el ejemplo más notable y doloroso de acciones dudosas en esa zona, pero ejemplos suceden todas las semanas.
Recién este sábado, 28, en la Liga Premier Inglesa, el Wigan Atlhetic le ganó al Sunderland 1-0; la repetición de TV muestra claramente como el colombiano Hugo Rodallega, usa su brazo para desestabilizar por el cuello al defensa del Sunderland; Rodallega se escapa solo y anota el gol que definió el juego.
Seguro, la jugada no tuvo el mismo despliegue de medios, pero sucedió en la zona muerta, lejos de los tres jueces y a la velocidad de una jugada de contragolpe.
Y le costó al Sunderland el juego.
Es increible que FIFA haya permitido que lleguemos hasta aquí, el final de la primera década del siglo XXI, sin haber revisado y cambiado la estructura arbitral de un juego donde, hoy en día, las decisiones arbitrales pueden costar millones de dólares.
Si, como dice la información conocida hoy (click), el miércoles se vá a dar un paso real en ese sentido de tener más árbitros, enhorabuena por todos nosotros.
Mejor tarde que nunca.
Veremos qué pasa.