Sounders y el Real de Salt Lake se conocen bien, saben que están parejos, este año habían jugado dos veces y terminado 1-0 y 0-0, las diferencias entre estos equipos de “espinas latinas”, son muy pequeñas.
Por eso sorprendió que, teniendo un hombre mas por tanto tiempo, Real no ganara.
Sounders no solo aguantó, sino que en la cancha no pareció notarse la diferencia numérica, ¿cómo hicieron?
El planteamiento fue eminentemente táctico y, a juicio de quien escribe, fue brillante.
El entrenador Schmid ingresó el cambio mas inesperado del año, Michael Seamon, un muchacho de los que se puede decir, “no pegaron”, en la promoción de hace dos o tres año, pareció prometer y luego se estancó.
Sigi acomodó sus hombres en un 5-3-1 donde la clave fue la línea de cinco extendida con un central, dos centrales falsos y dos laterales, con Alonso y Tiffert triangulando con esos cinco y conectando con Rosales.
Los laterales, Burch y Tiffert y los volantes de contención pasaban largo hacia Montero , creando una pelotazos largos pero controlados, sea de defensa al medio, sea de la mitad adelante.
Como consecuencia Sounders mantuvo el balón sin desgastarse tanto, aunque es claro que los 9 en cancha con el portero lo entregaron todo, pero la táctica ayudó, ayudó muchísimo.
Al final, cuando el aire se agotó, brillo el meta y selló el empate; el equipo lo dio todo y aguantó el cero, pero el técnico se lleva las palmas, porque se sobrepuso al coraje contra el árbitro, y movió el pizarrón de una manera notable. JRP.