Por ANGELA CHARLTON, Associated Press
PARÍS (AP) — Cuando algún xenófobo francés se muestra indignado por la diversidad racial y cultural en la selección de su país, que tiene más futbolistas de origen africano que europeo, los aficionados suelen responder: “¿Y qué?”. Acto seguido, lo más normal es que esos seguidores emitan un grito de aliento: “Allez les Bleus!”. Europa ha disfrutado los beneficios de la inmigración durante siglos. Los planteles diversos en Rusia son otro ejemplo. “El fútbol nos permite poner sobre el escenario la inmigración, un tema que agita ahora a los países europeos”, dijo Yvan Gastaut, curador de una exposición sobre los vínculos entre este deporte y los inmigrantes. “Para las personas que consideran un peligro la inmigración, esta Copa del Mundo no resolverá las cosas”.