Para la mayoría de quienes cubrimos el trabajo de Sounders FC en Seattle no pasaron desapercibidas las emotivas palabras de su técnico tras el partido con Sounders.
Sigi Schmid, con la voz ligeramente quebrada, describió sus sentimientos hacia el masivo apoyo en las tribunas. En su discurso elogió el enorme desplegado que cubrió casi toda la tribuna sur, donde los aficionados lo pintaron como “el padrino”, mirando a su rival con un “full” de póker en la mano.
“Me sentí muy honrado de que los aficionados hicieran eso, y muy emocional para mí”, Dijo.
Schmid dicho a su asistente Brian Schmetzer, “Yo creo que así es como se siente uno en el cielo”, “Estadio lleno hasta el techo, golear a los Timbers, los aficionados enloquecidos, no se pone mejor”.
Es que la fiesta fue enorme, la presentación de las barras, porras, incluída la de Timbers, fue impresionante, un espectáculo digno de envidia en la mayoría de países del mundo. “Es fenomenal y es un reflejo de la comunidad de Seattle”, dijo también y nos lleva a comentar este importante punto. Lo que sucede en Seattle es demasiado, se pasa, el promedio de asistencia por partido rayando en los 40 mil espectadores es ridículo para un futbol tan joven y con una construcción tan diferente a la de Europa o América Latina, donde casi todos lo jugamos desde chicos. La comunidad de la ciudad donde vivimos ha tomado nuestro futbol con pasión, y le ha servido de ejemplo a toda la liga.
Es muy bueno, no deja de dar alegría vivir en una ciudad donde eso sucede, donde hay apoyo y liderazgo por nuestro futbol; esto nos beneficia a todos. JRP