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Agencia Reforma
La juventud aún le pesa a la Selección Mexicana.
A pesar de que a los jugadores con poco trajín en el Tricolor no se les puede reprochar por esfuerzo, faltó paciencia en algunos de los integrantes que ayer enfrentaron a Bolivia.
El técnico Miguel Herrera debutó a Érick Torres y utilizó como titulares a elementos como Rodolfo Pizarro, Luis Venegas, Antonio Ríos y Javier Orozco, ayer en el Dick’s Sporting Goods Park.
El “Cubo” fue uno de los más destacados por su facilidad para desmarcarse y el toque rápido para de inmediato ponerse en posición de gol. En tres ocasiones exigió al portero boliviano, quien le negó la gloria.
El “Chuletita” fue más un poste, pero cuando tuvo el balón de frente al marco careció de la claridad en la definición; evidenció presión cuando más tranquilidad debía mostrar.
Ríos, titular en la contención a falta de José Juan Vázquez, tuvo un rol discreto, sin mucha exigencia, distribuyendo el balón con soltura, aunque sin tanta presión como el “Gallito”.
El lateral derecho Rodolfo Pizarro exhibió picardía a la hora de incorporarse al ataque, aunque pecó en la conducción de balón y en la falta de precisión a la hora de buscar a sus compañeros.
La zaga tuvo poco trabajo ante un equipo que llegaba con mucha dificultad al área. Luis Venegas jugó bien en los trazos largos, pero un despiste en la compensación casi le cuesta un gol en contra al Tricolor.
Los novatos del Tricolor cumplieron a secas. Se conformaron con vencer a un rival que mostró pocos argumentos futbolísticos, que tuvo respuesta sólo cuando México aflojó en la presión desde la zona ofensiva.
Faltan goles y orden
Muchos delanteros, poco gol y demasiado desorden a la ofensiva.
Oribe Peralta, Javier Orozco, Érick Torres y Giovani dos Santos no se hicieron sentir en el ataque mexicano en los duelos de preparación contra Chile y el de ayer ante Bolivia.
El Tricolor no se podrá quejar por oportunidades, pero más allá de los yerros en la contundencia habrá qué poner la lupa en los lapsos en los que el equipo deja de generar, en los que permite que un rival que parece a modo para ser goleado termine por equilibrar las acciones como anoche en Denver.
México se perdió en el complemento al dejar de apretar a Bolivia desde la salida y abusar del juego por las bandas, sin la sorpresa para hacer una diagonal o buscar el espacio para el tiro de media distancia, con excepción de un disparo de Andrés Guardado que se estrelló en el poste izquierdo.
Las modificaciones de Miguel Herrera tampoco le dieron claridad al equipo. Guardado apenas pesó más que Marco Fabián, lo mismo que Paul Aguilar en comparación de Rodolfo Pizarro y ni se diga de Héctor Herrera, quien acostumbra a marcar diferencia, al sustituir a Javier Aquino.
Si acaso los cambios refrescaron al equipo, ya que algunos jugadores evidenciaban cansancio, pero no le dieron oxígeno al ataque o una variedad en las jugadas ofensivas.
El Tri podrá argumentar que lo preocupante sería no generar opciones, pero de poco sirve si tras poco más de 180 minutos apenas un gol va al marcador.
FOTO: p20main
CAPTION: Miguel Herrera dirigiendo a la selección Mexicana. (Foto Agencia Reforma / Joel Zamora)