Associated Press
NUEVA YORK (AP) — El puertorriqueño Miguel Cotto se alzó el título súper welter el sábado por la noche al ganarle al mexicano Antonio Margarito por nocáut técnico en medio de una confusión en una de las esquinas antes de completar la décima ronda en el Madison Square Garden.
Alentado por un público enfervorizado, Cotto se ensañó en el ojo afectado de Margarito, castigándolo con tantos uppercuts y golpes a la cabeza que en un momento el mexicano tenía el ojo derecho completamente cerrado.
Cotto (37-2-0) se cobró la revancha por su derrota ante Margarito hace tres años. Con un público que le alentaba sin parar, éste no estuvo en peligro en ningún momento y retuvo la corona de las 154 libras (69.85 kilos).
Margarito derrotó a Cotto en julio del 2008, pero poco después su carrera fue desprestigiada, así como su reputación por el uso de vendajes ilegales en las manos antes de perder ante Shane Mosley. Margarito no volvió a boxear por más de un año.
Fue sometido a una operación quirúrgica para corregir una fractura orbital después de perder ante Manny Pacquiao el año pasado y estudió la posibilidad de retirarse. La Comisión Estatal Atlética de Nueva York no le concedió licencia a Margarito hasta el 22 de noviembre después de ordenar otro examen en ese ojo.
Cotto le golpeó constantemente en el ojo afectado y estaba completamente hinchado al llegar a la séptima ronda.
Cotto creía que Margarito también usó los vendajes ilegales en su primera pelea y afirmó que tenía fotos para probar su acusación.
Cotto le fijó la mirada a Margarito en su esquina después que la pelea fue suspendida.
“Sólo para mirarlo y saborear mi victoria ante él”, destacó Cotto. “No significa nada para mí. Estoy aquí con toda mi público y toda mi gente. No significa nada para mí”, agregó.
Margarito, conocido como el Tornado de Tijuana venció a Cotto en la undécima ronda en su primera pelea en Las Vegas. Cotto afirmó que se había resistido a pelear la revancha porque no quería contribuir a que hubiera dinero para un contrincante que no había peleado limpiamente.
Cotto no tuvo problemas sobre la legalidad de este combate desde el primer asalto. La multitud que colmaba el Madison Square Garden soplaba cornetas, flameaba la bandera de Puerto Rico y estaba enfervorizada con todo lo que fuera Cotto, desde de su ingreso con un himno militar.
Nada podía detener a Cotto.
Margarito se rió, sonrió y hasta se burló de Cotto después de sufrir varios golpes fuertes. Pero su actitud no le sirvió de ayuda cuando concluyó el séptimo asalto, y se sentó en su esquina. Tenía el ojo derecho completamente cerrado.
Margarito continuó peleando con un solo ojo abierto, esperando asestar el golpe brutal que le permitiera revertir el rumbo de la pelea. Pero ese golpe nunca llegó y el médico del cuadrilátero, Anthony Curreri detuvo la pelea cuando faltaban tres segundos para completar la décima ronda.
“Llegó un momento en que no podía ver del todo con ese ojo”, señaló Curreri. “Me parece que hubiera sido peligroso para él continuar sin poder ver. Peleó durante un buen rato con el ojo en mal estado”, agregó.
El árbitro Steve Smoger no entendió lo que el médico deseaba, lo cual provocó confusión al final.
Margarito insistía en continuar, aunque tenía mucha desventaja en las tarjetas de los jueces.