Por Diego Martínez
Agencia Reforma
MIAMI, EU – Miles de aficionados de los Jefes comenzaron a mover el brazo derecho en señal de batalla: el “Tomahawk Chop”, el grito de batalla, retumbó en el Hard Rock Stadium.
En toda la postemporada, Kansas City había remontado marcadores adversos, y anoche no fue la excepción en el Super Bowl LIV.
Kansas City se quitó una desventaja de 10 puntos en el último periodo para vencer 31-20 a los 49s de San Francisco y acabar con la larga espera de 50 años sin un título en la NFL.
El duelo comenzó con un sol esplendoroso, como si se estuviera jugando en el cálido clima que acostumbra San Francisco, pero para el cuarto periodo, un intenso frío que calaba hasta los huesos se hizo sentir, elemento que pareció poner en ambiente a los Jefes, acostumbrados a jugar en casa helando en invierno.
Patrick Mahomes y compañía lograron la hazaña ante unos 49s que fallaron en el último tramo del juego, no ejecutando jugadas fáciles y haciendo otras que nunca tuvieron que ser llamadas desde la banca.
Los 49s se quedaron con las ganas de ganar su sexto Super Tazón, algo que no consiguen desde hace 25 años.
La defensiva de los californianos había hecho un gran trabajo, pero la ofensiva falló en los últimos 12 minutos. Ni correr ni pasar, no concretaban nada.
Faltaban segundos por terminar el partido y en las gradas hubo muchos que soltaron las lágrimas, la mayoría de felicidad, pues varios jóvenes aficionados y algunos ya más viejos, no daban crédito de volver a ver a los Jefes en la cima.
Después de 50 años de no llegar a un Súper Tazón (cuando vencieron a los Vikingos de Minnesota en el Super Bowl IV), los Jefes regresaron para llevarse el Súper Domingo.
La ceremonia para coronarlos fue emotiva. El comisionado Roger Goodell le entregó el trofeo Vince Lombardi al dueño Clark Hunt, quien de inmediato sé lo prestó a una persona muy especial, su madre Norma, quien se aguantó de la emoción mientras veía el anhelado trofeo.
Y es que Norma había acudido a los últimos 50 Super Tazones. Vio festejar por medio siglo a muchas franquicias con el anhelado premio, y por eso cuando tomó el trofeo lo primero que hizo fue darle un beso.