Cada cuatro años, como parte de las necesarias conjeturas sobre el mundial de fútbol, todos nos hacemos esta misma pregunta:
¿Mostrará progreso el fútbol de Estados Unidos?
Pareciera que, en nuestra mentalidad Latino Americana, nosotros, nuestros países, no necesitamos mostrar progreso, nosotros ya progresamos.
Otra cosa es que nos vaya bien o mal, incluso que lleguemos o no al mundial; eso es otro tema, y usualmente es problema de un técnico que “siempre nos dejó dudas”, unos jugadores que “no siempre muestran su enorme calidad”, o unos directivos que “no saben administrar el talento futbolístico que manejan”.
Pero nosotros siempre damos por hecho que nosotros ya estamos hechos en el fútbol, y los “Americanos”, no.
Como sea que funcione nuestro orgullo de países “establecidos en el fútbol mundial”, lo cierto es que, llegar a un mundial con la pregunta de si los de blanco jugarán mejor o peor que en el mundial pasado, y si eso significará que “nos están alcanzando o no” en el fútbol, no es raro.
Lo que es raro es verlos llegar a un mundial con el equipo cayéndose en pedazos.
Este, el de Suráfrica, es el mundial donde el equipo estadounidense debiera regresar por su camino “de mejora”, al menos eso pensaban muchos, después del sorpresivo subcampeonato que obtuvieron en la Copa Confederaciones el año pasado, donde estuvieron a minutos, de arrancar la copa de manos de los poderosos brasileños.
Pero la mala fortuna atacó a los de las barras y las estrellas con furia, y en este momento se teme que tres de sus jugadores más importantes no estén en condición de jugar.
El primero, y de menos probable retorno es Charlie Davies, habilidoso centro delantero que le dá “magia” al usualmente retórico y aburrido peloteo que a veces dicta el entrenador Bradley. Davies se recupera después de un accidente automovilístico sufrido en Octubre pasado (Clíc)
El reporte más reciente sobre Davies es que ya está caminando, y visitó el campo de entrenamiento de la selección la semana pasada; pero se duda mucho que esté en forma suficiente en Junio, para actuar.
El segundo es el defensa central Oguchi Onyewu, que ha castigado con tantos goles de cabeza las porterías de selecciones de la CONCACAF. Pocas semanas después de ser incluído en la plantilla del AC Milán, Onyewu sufrió grave lesión en el último juego de las eliminatorias de su país, contra Costa Rica,
Se espera que Onyewu esté listo a competir en Marzo, pero la pregunta es si podrá lograr ritmo y pasar tiempo en la cancha, donde tratará de ganar un espacio en la titular del Milán, hoy en día propiedad del legendario Alessandro Nesta, y del enorme brasileño Thiago Silva, ambos al parecer, sólidos como rocas en su puesto.
También está la lesión del promisorio Maurice Edu, que se fué del Toronto a jugar a Escocia hace dos años, aunque el muchacho no era todavía estrella, ni titular permanente, del equipo mayor.
Este fin de semana la crisis de lesiones de los norte americanos tocó su máximo punto cuando Clint Dempsey, goleador del equipo y del Fulham de Inglaterra, salió de la cancha lesionado, con lo que podría ser una rotura de ligamentos.
Mañana Martes, Dempsey será diagnosticado, y se sabrá que tan grave es la lesión; en principio, parece por lo menos suficiente para “pararlo” un mes, con su consecuente pérdida de ritmo, titular en su plantel en tiempos críticos, etc.
Los Yankees están de malas, no se puede negar; y es claro que el fútbol en este país no ha progresado lo suficiente como para decir que si sale Pedro se pone a José con resultados similares. La amplitud de su plantel no es tanta.
Veremos que pasa con los de USA, y si no tendremos que conformarnos con una actuación mediocre en Suráfrica, y con el castigo de no saber si el fútbol de este país se estancó, o simplemente les ganó el enemigo oculto de la mala suerte, meses antes de que pudieran jugar.
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