Agencia Reforma
América inició el 2010 con el pie derecho.
Las Águilas vencieron este sábado 3-1 a Santos en su debut en el InterLiga, clasificatorio para la Copa Libertadores, en el Estadio Robertson, con goles de Enrique Esqueda, Daniel Montenegro y Salvador Cabañas, este último de penal, mientras que por los laguneros descontó Juan Pablo Rodríguez.
De paso, el cuadro capitalino echó a perder el debut como técnico de los Guerreros de Rubén Omar Romano, quien al último equipo que había dirigido había sido precisamente el azulcrema y ante el que selló esa racha de 22 partidos sin ganar en la Liga.
América demostró mayor dominio de su sistema, ése que en la Liga los dejó en la tablita, pero al que ahora apuestan nuevamente para clasificar al torneo internacional y lograr el título prometido.
Sin embargo, la historia habría sido distinta si Matías Vuoso marca el primero en un cabezazo al 5′, una oportunidad que antes no dejaba escapar, pero tal parece que la falta de contundencia que lo aquejó en 2009 aún no ha desaparecido con el año nuevo.
Por eso Enrique Esqueda aventajó al América al 27′, gracias a un pase rápido de Cabañas a Pardo, y el capitán azulcrema filtró el balón para que el “Paleta” venciera con la zurda a Oswaldo Sánchez.
Sin embargo, toda la euforia del delantero mexicano desapareció 3 minutos después cuando botó el balón en el área azulcrema al estilo de cualquier jugador de basquetbol, acción que el árbitro sancionó como penal y que Juan Pablo Rodríguez acertó al centro del marco defendido por Oswaldo Sánchez.
Daniel Montenegro falló una opción clara en el último minuto del primer tiempo, pero se reivindicó al 62′ al marcar el gol de la ventaja mediante un cabezazo, ante una tibia marca de Rafael Figueroa.
Santos intentó por todos los conductos y aunque dominó territorialmente, fue una presa fácil para un equipo que gusta del contragolpe y que está ávido por enterrar los fracasos de los años anteriores.
Salvador Cabañas cerró la cuenta mediante una acción en la que se tiró en el área, y el árbitro sancionó el penal, ése que no pudo detener Oswaldo, a quien no le quedó de otra que observar cómo las Águilas los aventajaron en el camino rumbo a la Libertadores.