Alberto Bortoni
Agencia Reforma
Como cada octubre, no podemos dejar de recordar a los monstruos de la industria automotriz. No se puede evitar recordar en la fealdad clásica, autos que se han convertido en memorables por razones completamente equivocadas.
El Pacer es quizá el primero que viene a la mente, que por dar una gran visión desde el interior, sacrificaba toda la visión desde el exterior.
En el segmento de deportivo-utilitarios hay algunas cosas que no podemos dejar de catalogar como feas o difíciles de entender.
Algunas creaciones han sido bien intencionadas; por ejemplo, la Aztek de la desaparecida marca Pontiac pretendía satisfacer un gran número de requerimientos de los consumidores, pero después de verla muchos decidieron que estos requerimientos no eran tan necesarios.
Pontiac no pudo cambiar a la Aztek rápidamente, algo que sí pudo hacer Subaru con su Tribeca. El deportivo-utilitario recibió una muy afortunada actualizada en su frente, y aunque para los seguidores de la marca perdió un poco de la identidad de Subaru, el resto de los consumidores consideró que fue un cambio afortunado. La marca entendió rápido que no vale la pena mantener todos los rasgos genéticos.
El problema para algunas marcas en este segmento son las proporciones; sobre todo para las marcas de nicho. Por esta razón nos cuesta entender conceptos como el que encarna el SUV de Lamborghini, la Urus.
Lo mismo pasa con el conceptual de Bentley, el EXP 9 F, que está más extraño que su propio nombre. Ver los enormes faros del Mulsanne y los rines de diminutos rayos en un deportivo-utilitario, hacen corto circuito con los parámetros actuales de belleza. Pero el segmento de los crossovers da para mucho más modelos feos.
Hoy en el mercado se encuentran algunos modelos, que aunque no todos estarán de acuerdo con que son feos, al menos sí pueden ser clasificados como parientes de lo feo. Estos modelos raros rompen con algunos paradigmas, para algunas personas de forma favorable, pero no para todos.
La Murano Cabriolet es uno de estos casos y es que el crossover descapotable al menos llama la atención. Lo mismo en el segmento más pequeño de Nissan con la Juke, que con un look más deportivo no deja de al menos retar a los conceptos de belleza convencionales.
Pero casos similares es posible ver en todos los niveles, desde la Crosstourer de Honda hasta la Duster de Renault, que no deja de al menos llamar la atención.
El diseño en la industria automotriz en ocasiones es difícil de entender. En ocasiones toma tiempo acostumbrarse a las nuevas figuras; en ocasiones esto no es del todo posible.
De lo que estamos ciertos es que los diseños controvertidos seguirán llegando a la industria, y con los cambios de tecnología a coches híbridos, los primeros diseños fuera de lo común como el Prius de Toyota, el iMev de Mitsubishi y el Leaf de Nissan, las posibilidades sólo pueden multiplicarse.