Reto americano

Víctor Alemán

Agencia Reforma

Hubo un tiempo en que la marca Lincoln fue considerada como innovadora y vanguardista en el diseño y tecnología de sus autos, junto con Lincoln y Packard fueron la referencia del lujo americano. El problema es que esta condición se vivió el siglo pasado en la década de los 20s.

En ese entonces modelos como el Zephyr a mitad de los 30s destacaba por sus curvilíneas formas y motor de 12 cilindros.

A partir de los 70s, los autos de Lincoln empezaron a basarse en modelos Ford siendo su mejor modelo en ventas el Town Car que aún se utiliza como taxi ejecutivo en diversas ciudades estadounidenses y eventos sociales.

En los últimos años los vehículos Lincoln han empezado a sacudirse la reputación de autos para adultos mayores con una nueva generación de productos como el crossover MKX, y el sedán mediano MKZ. Sin embargo, esos modelos pertenecen a nuevos segmentos para Lincoln y ahora le toca el turno de evolucionar a su sedán grande.

El MKS utiliza la plataforma D3 que también dan origen al nuevo Taurus y en una versión extendida al Flex y nueva Explorer.

Su apariencia es sofisticada y sobria a la vez, ya que da la sensación de ser un vehículo premium sin llegar a ser extremadamente llamativo.

Al frente destaca la parrilla de dos cascadas como la utilizada en los 30s y un prominente cofre con relieve a los costados y al centro. De perfil destaca el robusto poste C y los enormes rines de 20 pulgadas los cuales debido a los arcos de las ruedas no aparentan ser tan grandes. En la parte trasera destaca la tapa de la cajuela que termina en una forma de discreto alerón donde lucen el emblema y nombre del vehículo así como la nomenclatura Ecoboost que no estaba en el modelo del año pasado.

Este es quizás el cambio más destacado en este modelo, el uso de un nuevo motor 6 cilindros de 3.5 litros de desplazamiento con 355 caballos y 350 lbs-pie de par.

Esta planta de poder pertenece a la familia Ecoboost que Ford empieza a utilizar en sus modelos especiales. En el caso del MKS utiliza dos turbocompresores e inyección directa para generar la potencia que en otros años solamente un V8 de considerable desplazamiento podría ofrecer.

Sus movimientos son más predecibles y controlables gracias a una suspensión independiente adelante y atrás así como la serie de auxiliares electrónicos y tracción en las 4 ruedas opcional que lo mantienen en la trayectoria deseada.

En su interior radica otra innovación igual o más destacada que el motor Ecoboost, se trata del sistema de entretenimiento y organización SYNC que coordina la operación de dispositivos de comunicación, entretenimiento y navegación a través de comandos de voz.

Con nueva tecnología dentro y fuera del vehículo, La marca americana tiene una ventaja de precio ya que es ligeramente más accesible que sus competidores.