Quiere ser más deportivo

Alberto Bortoni

Agencia Reforma

El Camry es uno de los sedanes más vendidos en Estados Unidos y ahora Toyota tiene una nueva generación, una que seguramente dará un alto nivel de satisfacción a sus compradores pues promete una alta confiabilidad con un diseño y más dinámico y emocionante.

Estéticamente los diseñadores han tomado ideas del sedán joven de la familia, el Corolla. El frente es más juvenil y menos cuadrado que en la generación actual. Los faros han sido estilizados y ahora lucen más integrados a la carrocería que antes.

En la parte central está una parrilla con dos líneas de cromo para las versiones normales y de lujo. En la parte baja de la fascia hay una toma de aire grande y faros de niebla en los lados. La parte trasera recibió también una refrescada. Los faros se extienden hacia la tapa de la cajuela y las líneas son más anguladas y obtusas que en el modelo actual.

El área de cabina tiene las mismas proporciones, con una línea de techo casi paralela a la línea de cintura y un poste “C” bastante atrás y grueso.

Entre los modelos de Camry habrá una versión Sport, con una apariencia más deportiva que los demás modelos. En el frente se ha reemplazado las líneas en cromo por una franja gruesa en color de la carrocería. La parte baja de la defensa tiene tres tomas de aire y llega un poco más abajo, haciéndola de spoiler delantero.

En los laterales hay faldones que continúan el efecto visual del spoiler y en la parte trasera la imagen es rematada con una cola bien integrada en la tapa de la cajuela.

En general el auto sí luce más deportivo que la generación pasada, pero quizá los cambios más importantes están en el interior. Toyota le ha dado una nueva disposición al tablero y ha colocado algunos detalles de deportivo en su construcción.

Entre los detalles del nuevo modelo están las líneas del tablero, algunas con doble costura con un estilo más de deportivo europeo que de sedán japonés.

El panel de instrumentos está más proporcionado, con el tacómetro ligeramente más pequeño que el velocímetro pero de un buen tamaño.

La parte central del tablero luce más compleja, sobretodo en las versiones equipadas en donde hay un sistema de entretenimiento completo.

Para un manejo deportivo Toyota sabe que el enfoque principal está en el volante. Para ello el Camry estará disponible con un volante de tres postes, con marcas para las posiciones tres y nueve y de mayor grosor que el actual. Se han integrado los controles de prácticamente todos los instrumentos y en un tamaño generoso. Además, el modelo está disponible ahora con paletas tras el volante para la selección de las relaciones, una adición importante para las nuevas intenciones del Camry.

Mecánicamente el modelo no ha cambiado de la generación pasada. Las motorizaciones siguen siendo las mismas, con un potente motor V6 y uno también potente pero más económico en su rendimiento de combustible de cuatro cilindros.

La conducción del Camry ha sido fácil durante muchas generaciones. El modelo es suave en su suspensión y dirección sin llegar a flotar en calles maltratadas o a sentirse impreciso en curvas.

Pero ahora Toyota ha ido a un nivel más allá, no mucho, pero un avance importante en una marca tan conservadora como Toyota.

El nuevo Camry ofrece una firmeza revisada, un poco más rígida que en el modelo anterior. Con la adición de las palas tras el volante la sensación de manejo se ha visto muy mejorada y es que ahora se puede aprovechar al máximo la potencia de su motor.

Y si es el seis cilindros el que se va manejando a altas revoluciones se tiene la mezcla de un alto par y una alta potencia permitiéndole recuperaciones muy rápidas y una gran agilidad.

Pero aunque el nuevo modelo de Toyota sí luce un poco más atrevido que el anterior y sí resulta más divertido de conducir y puede conducirse bastante rápido, en realidad este sedán sigue teniendo la conducción tranquila y despreocupada que conocemos y en el Camry a diferencia de otros sedanes eso es un punto positivo.