Elena Torres
Agencia Reforma
Además de ser niños, Sheyla y Raymundo tienen otras cosas en común. Ambos poseen uno de los mejores promedios en sus respectivos colegios, su materia favorita son las matemáticas, se divierten como cualquier niño de su edad y también comparten el gusto por una actividad y deporte de alto riesgo, por el que luchan y se ganan a pulso el derecho de disfrutarlo al máximo todo el tiempo.
Su ‘mundo’ es la velocidad
Raymundo López Mata, a quien su familia llama “Mundito”, tiene tan solo 11 años de edad, de los cuales, los últimos tres los ha dedicado al deporte motor, actividad que más lo apasiona y que ahora lo tienen en la cima de la categoría semillero del Cuarto de Milla, la Junior Dragster.
Este piloto, elemento del equipo bicampeón de la especialidad, Amigos Racing, es el actual monarca de su división y líder a tres fechas transcurridas de la Temporada 2011 del Campeonato Divisional Norte, y hasta el momento lleva dos triunfos consecutivos en el serial regional, organizado por Dipsa Motorsports.
Ésta es su cuarta temporada al hilo y una de sus motivaciones es pertenecer a una familia 100 por ciento veloz, pues su padre Alejandro López Mejía, fue bicampeón en 2010 y 2011 en Bracket Avanzados; su hermano Álex, de 17 años, es líder en la misma división que su papá, en el evento Nacional; y Alexa, de 14, es cuarto lugar en Bracket Novato, en el Divisional. Su madre, María Belén Mata, la hace de mánager y apoyo moral para todos ellos.
“Como voy bien en la escuela por eso puedo correr. Entreno los miércoles en la noche (en los Miércoles de Picas Nocturnas del Autódromo Monterrey) y cuando tengo carrera estoy en el autódromo desde las ocho de la mañana, hasta las nueve de la noche”, explica emocionado el pequeño ‘Mundito’. Sus padres están orgullosos de su desempeño estudiantil, pues tiene un promedio de 9.5 en el quinto grado de primaria del Colegio Simón Balderas.
“No se complican sus actividades. Tal vez un poco con las clases de inglés cuando tiene carrera porque su mamá lo lleva temprano a la escuela, entrega y recoge tareas y para las 10 de la mañana ya están en el Autódromo”, comparte el padre de familia.
“Los miércoles de entrenamiento le damos hasta las 12 ó una de la mañana y al día siguiente se levanta muy bien para ir al colegio a las seis de la mañana, porque sabe que la prioridad son los estudios y si no estudia, no hay autódromo”.
‘Mundito’ intentó combinar sus actividades en la pista con otro de sus hobbies, el futbol americano, pero era tanta su actividad que optó por abandonar el deporte de las tacleadas y enfocarse totalmente a las altas velocidades.
Una pequeña amazona motorizada
Ese día de hace dos años, Sheyla García Bautista acudió a un evento de motos, como muchos otros a los que había asistido con su papá biker Yñigo García, sin imaginar que a partir de ese momento contaría con su propio caballo de acero.
“Se volvió loca cuando la vio, la compramos en otros colores y luego la mandamos customizar”, dice Blanca Bautista, su madre.
Ella tiene tan solo nueve años de edad, cursa el cuarto grado de Primara en el Colegio Valladolid y es conocida en el mundo biker regio por que suele acompañar a su padre en los recorridos, esos en los que estos personajes viven al máximo una sensación de libertad incomparable.
Es dueña de una moto Mini Repsol, color uva, su favorito, que prácticamente se ha convertido en su amiga inseparable. “Me gusta mucho andar en moto porque los paseos los hago acompañando a mi papá”, dice tímidamente Sheyla. Sheyla ama tanto a las matemáticas como a su moto y está orgullosa de su gran desempeño en el colegio, en el que su promedio ronda el 9, calificación casi perfecta, la que le permite merecer este privilegio y este gusto que heredó de su padre, elemento del motoclub 69 Ovejas Negras. El próximo objetivo de esta pequeñita es convencer a sus padres que le obsequien por motivo de sus 15 años, una moto Ducatti.