Enrique Ávila
Agencia Reforma
En nuestra prueba de mediano plazo al Ford Fiesta, le tocó enfrentarse a la carretera, en donde mostró una serie de virtudes que permitieron disfrutar del camino, aunque tiene algunas áreas de oportunidad.
Es un vehículo con un motor 4 cilindros de 120 caballos que lo mueve satisfactoriamente, no es emocionante, pero sí suficiente para desplazarse en ciudad y carretera de una manera aceptable.
Su rendimiento en autopista utilizando buena parte del tiempo el control de velocidad crucero rondando los 120 kilómetros por hora, fue de 15.5 kilómetros por litro.
En ciudad también se pueden lograr buenos rendimientos si se pone atención en una flecha amarilla que aparece en el velocímetro, que es una referencia para seleccionar el cambio inmediato superior de su transmisión manual con la finalidad de lograr el mejor rendimiento.
Nuestro Fiesta de prueba es tipo hatchback, por lo que ofrece una área para equipaje limitada, que podría ser suficiente para dos adultos en un fin de semana de viaje, pero insuficiente para una pequeña familia en un viaje más prolongado. Es necesario limitar lo que se llevará al viaje y también las compras.
Afortunadamente también está disponible en el mercado la versión tipo sedán, que es un poco más generosa con el área de carga de equipaje.
Uno de los equipamientos más interesantes incluidos en el vehículo, es el sistema Sync desarrollado por Microsoft y Ford. Es un sistema que entre otras funciones permite intercomunicar el teléfono y el sistema multimedia del auto. Uno se puede tardar un poco en lograr el enlace y entender su lógica, pero una vez superada la frustración, empieza el disfrute del equipo.
En la palanca de direccionales hay un botón con la silueta de una cara hablando, al que al oprimirlo se escucha la voz de una dama en el interior de la cabina dispuesta a servir de “intermediaria” para activar la música, seleccionar la siguiente canción, hacer llamadas, hacer funcionar la radio, entre otras operaciones. Su equipo de sonido de 6 bocinas hace un trabajo sobresaliente y desde luego tiene intercomunicación bluetooth, además de entradas para auxiliar y para memorias USB.
En su interior también se agradecen una generosa dotación de portavasos y áreas para objetos que permiten llevar a la mano las cosas que se van requiriendo en el recorrido.
El Fiesta tiene una silueta aerodinámica que pone en evidencia sus bondades en carretera ante vientos cruzados y, combinado con un buen aislamiento de la cabina, ofrece recorridos muy silenciosos.
Una buena amortiguación de sus asientos y suspensión hacen que los recorridos por horas no cobren la factura en la espalda, es posible llegar al destino con el cuerpo descansado.
Entre los puntos que se podrían mejorar en el modelo, están el que la palanca de velocidades en ocasiones no permite engranar con precisión el cambio siguiente. También se vuelve un poco molesto a pleno sol el reflejo de la parte superior del tablero en el parabrisas.