Alberto Bortoni
Agencia Reforma
ASHEVILLE, Carolina del Norte, EU.- La tecnología en la industria automotriz es continuamente cambiante.
Aunque la esencia de los autos es la misma desde su aparición en aquel coche básico movido por un motor de combustión ideado por Benz, hoy los autos son verdaderas máquinas vivientes.
Es sólo cuestión de tiempo para que los vehículos completamente autónomos hagan su aparición. Y no mucho tiempo, casi toda la tecnología necesaria para que sean una realidad ya se está poniendo en acción y es fácil de ver en modelos como el Q50.
Los accesorios como la llave inteligente, que detecta la proximidad del usuario y permite el acceso al interior del auto y el encendido del motor son sólo el principio. La cantidad de sensores es abrumante y está en un constante monitoreo de sus alrededores de una forma imposible para un ser humano normal.
Quizá el sistema más impresionante sea el radar frontal. Ya hay algunos autos premium que pueden monitorear al vehículo de adelante y advertir o incluso frenar en condiciones de peligro de colisión.
Pero el radar de Infiniti va un paso más allá porque monitorea no sólo al vehículo que va al frente, sino dos vehículos adelante. Así, si el vehículo de adelante del auto frente a nosotros comienza a desacelerar repentinamente, el Q50 se da cuenta, advierte al conductor e incluso podría frenar antes siquiera de que las luces de stop del vehículo que nos precede se enciendan.
Parece ciencia ficción, pero es producto de una ingeniosa forma de monitorear objetos haciendo rebotar frecuencias sobre el asfalto bajo el vehículo delantero.
El Q50 integra también las tecnologías ya más convencionales de monitoreo de alrededores y esto incluye el monitoreo del carril. Utilizando una cámara montada en el parabrisas, el auto puede detectar si el conductor se está saliendo de su carril y advertir mediante una señal acústica y visual.
El auto intenta mantenerse en su carril sin contradecir las instrucciones del conductor tras el volante. Pero aunque no toma ninguna decisión, ya tiene toda la información para decidir y tiene todos los elementos para entrar en acción, incluyendo una dirección eléctrica.
Infiniti ha colocado un sistema completamente eléctrico para controlar la dirección del auto; es decir, el volante no necesita una conexión física a las ruedas para hacer que giren. La conexión directa está por temas de seguridad, pero se encuentra desconectada mediante un embrague de emergencia en condiciones de operación normales.
Estos elementos son suficientes para que el auto pueda conducirse sólo en condiciones ideales por kilómetros. Pero estamos lejos de estar en condiciones ideales y estos retos son los que no permiten que el Q50 o cualquier otro auto se conduzca solo.
Los sensores todavía tienen que perfeccionar su funcionamiento en condiciones lejos de las ideales; tienen que operar bien con hielo, nieve o lodo obstaculizándolos; tienen que ver más que dos vehículos adelante y los autos tienen que saber improvisar de forma óptima ante obstáculos poco ortodoxos como lo haría un conductor experimentado.