Alberto Bortoni
Agencia Reforma
Las armadoras han estado llegando a cifras de potencia escandalosas en sus modelos deportivos, cifras entre 400 y 660 caballos con ya comunes entre los autos americanos de alto desempeño.
Pero las armadoras siguen estando limitadas por restricciones de emisiones, consumo de combustible, garantías y finalmente el precio final de sus modelos; todas cuestiones que los modificadores como Hennessey ignoran olímpicamente.
Hennessey ha creado un verdadero monstruo a partir del ya muy capaz Cadillac CTS-V coupé. De fábrica el CTS-V es un verdadero deportivo; General Motors coloca un motor V8 de gran desplazamiento (6.2 litros) y por si fuera poco adiciona un supercargador de 1.9 litros.
El resultado es un tren motriz que genera 556 caballos y 551 lb-pie de torque. Pero esto no es suficiente para quien busca el máximo desempeño. Hennessey, conociendo bien este mercado ha modificado al CTS-V para hacerlo capaz de humillar a muchos superdeportivos.
Empezando por el motor; el V8 de 6.2 litros ha sido tirado a la basura y en su lugar está uno de 7 litros, o su equivalente en sistema inglés 427 pulgadas cúbicas. Es un motor de aluminio, con pistones, bielas y cigüeñal forjados, cabezas de alto flujo y perfectamente balanceado a los más estrictos estándares.
Al motor se le agregan dos turbocargadores; estos no son turbocargadores ligeros, son verdaderos sopladores que pasan el aire a través de un intercambiador de aire-agua para reducir la temperatura ocasionada por la compresión.
En su máxima expresión la potencia del motor está por los 1,226 caballos de fuerza y 1,109 lb-pie de torque.
En las ruedas traseras, según las mediciones de dinamómetro de Hennessey la potencia es de 1,066 caballos y 964 lb-pie de torque.
Pero no se tienen que traer todos los caballos en acción todo el tiempo, eso sería peligroso; así que la presión del turbo puede modificarse para que genere únicamente 800 o 1,000 caballos, algo más “sensato”.
Según las estimaciones de la compañía el auto podrá acelerar de 0 a 60 mph (96 km/hr) en sólo 2.9 segundos y llegar a una velocidad máxima por los 387 km/hr.
Evidentemente las modificaciones no podrían parar ahí; se cambió la transmisión, y cabe señalar que está disponible con transmisión automática; se modificó la suspensión, que sigue teniendo el control magnético pero tiene una pulgada menos de altura y ha sido recalibrado por John Heinricy; los frenos son de Brembo, con discos de 15.1 pulgadas cerámicos y mordazas de 8 pistones adelante y 6 atrás.
Hennessey sólo fabricará 12 de estos autos; su precio. Hennessey no lo ha hecho público; lo más seguro es que habrá 12 personas que no pregunten.
En cuanto a ediciones pasadas del CTS-V modificadas por Hennessey las cifras por encima de los 150 mil dólares son comunes, así que suponemos que esta versión estará alrededor de los 200 mil dependiendo de los accesorios y especificaciones que el dueño quiera adicionar.