Adiós a una generación

Alberto Bortoni

Agencia Reforma

MONTERREY, NL .- La nueva generación del Ford Mustang está por llegar, pero antes de eso hemos tenido la oportunidad de manejar una vez más la versión GT de este icono de Ford.

El Mustang se ha modernizado con el paso del tiempo pero también sobrevivió a un intento de Ford de convertirlo en un auto de tracción delantera.

Usted sabe el resto de la historia: el coupé que iba a ser el primer Mustang con tracción delantera, acabó siendo un modelo separado llamado Probe, el cual después de dos generaciones se descontinuó.

El Mustang se mantiene fiel al concepto original de contar con motor montado longitudinalmente en la parte delantera y tener tracción trasera con eje rígido.

Y en especial la versión GT es clásicamente americana pues tiene motor V8 naturalmente aspirado.

Además se ofrece en el desplazamiento de 5 litros que es clásico para Ford pero ha recibido un giro moderno para el siglo 21: tiene 4 válvulas por cilindro y sistema de tiempo variable para las válvulas de admisión.

La potencia de este motor es amplia, más de 400 caballos. Para ponerlo en perspectiva, hace algunos años (y no muchos) esta era la potencia de verdaderos exóticos como un M5 ó el 911 Turbo.

La transmisión es también parte importante del Mustang y aunque la transmisión automática es la más vendida y tiene una muy buena operación, la transmisión manual que tuvimos oportunidad de manejar es sin lugar a dudas más gratificante.

El embrague es pesado en comparación a coupés de menor cilindrada, pero no tremendamente cansado. La palanca tiene una operación sólida, mecánica, y es que con la transmisión inmediatamente bajo la palanca, la sensación de unidad con los engranes y la propulsión del vehículo es difícil de igualar.

Encender el motor trae a la memoria tiempos clásicos en los cuales rendimiento de combustible y emisiones contaminantes parecían conceptos de ciencia ficción.

El sonido es profundo y provocativo, como en los V8 clásicos. No es un sonido adulterado por turbos o supercargadores. Es el sonido de ocho cilindros sin maquillaje mecánico.

Pero aún así, este motor cumple con las leyes más recientes en materia de emisiones contaminantes y rendimiento de combustible.

Como en los clásicos V8, el motor tiene amplias reservas de poder desde el arranque y la entrega de manera proporcional a la manera en que se pisa el acelerador.

No se siente absolutamente ningún escalón a puntos bajos del tacómetro como suele suceder en los motores turbo que anuncian con un “jalón” artificial la entrada en funcionamiento de este dispositivo de aumento de poder.

No que nos desagraden los motores turbo, solo que es una sensación diferente con respecto a un V8.

Los motores con 4 cilindros por cilindro suelen tener una débil respuesta a bajas revoluciones, pero en el Mustang GT esto no se percibe en lo absoluto porque en primer lugar es un motor que no tiene desplazamiento pequeño y además tiene sistema de tiempo variable, que refuerza su funcionamiento a bajas revoluciones.

Y el gran beneficio de las 4 válvulas por cilindro se puede sentir con claridad en los regímenes elevados de revoluciones, donde este V8 de 5 litros se siente libre y desfogado.

Y esta es precisamente la enorme diferencia del nuevo V8 5 litros con respecto a sus ancestros. A altas revoluciones no se queda sin aliento, todo lo contrario.

Le encanta funcionar a altas revoluciones. Es como un alpinista, le encantan las alturas.

La personalidad de este V8 es atractiva y el conductor constantemente acelera a fondo por la combinación tan agradable de entrega de poder y sonido profundo.

La transmisión manual es la mejor opción para disfrutar plenamente este motor, pues a cambio de sacrificar comodidad en tráfico urbano ofrece enormes recompensas en cuanto a control del auto cuando se maneja de modo deportivo.

La sensación del mecanismo de cambios es precisa y directa, por la simple razón que la palanca está justamente encima de la transmisión. Los movimientos son cortos para la palanca. La dirección es rápida y firme, el conductor puede con mucha exactitud leer el pavimento a través del volante.

La suspensión es firme y con movimientos cortos y controlados; aunque el auto tiene una puesta a punto de la suspensión que para seguridad tiende al subviraje en alta velocidad (es decir que se va de frente levemente en curvas), con un simple acelerón la conducta del auto se transforma en sobreviradora. Este auto es un gran juguete muy divertido.

El interior de este auto tiene una configuración tipo 2+2, lo que quiere decir que la parte trasera es solo para niños y si el conductor sube a amigos a estos asientos diminutos esto puede poner a prueba la amistad.

Para quienes desean un Mustang con estilo clásico esta puede ser la última oportunidad en muchos años. Se comenta que el nuevo modelo dejará de ser “retro” y se convertirá en un deportivo con estilo futurista.