Llanto felino: Tigres derrotados en la final

Juan Carlos Jiménez,

Agencia Reforma

BUENOS AIRES, Argentina 5-Ago .- La noche histórica para los Tigres y el futbol mexicano quedó sólo en una ilusión que River Plate se encargó de sepultar. En un duelo pasado por lo físico y del que River sacó provecho de una sola jugada en el primer tiempo, un penal dudoso y un gol con los felinos desmoralizados para vencer 3-0 a los Tigres, y coronarse campeón de la Copa Libertadores, esta noche en el Estadio Monumental de Buenos Aires.

Mucho se deberá arrepentir Tigres de no haber matado a River cuando pudo; primero en la fase de grupos cuando lo vencía 2-0 y se dejó empatar en los últimos minutos y después le dio vida al vencer al Juan Aurich que le dio el pase a los argentinos y finalmente en la ida de la Final, con Jürgen Damm perdonando el gol de la victoria.

Fue un juego plenamente físico, en donde el árbitro uruguayo Darío Ubríaca sacó 9 tarjetas amarillas, y del que River se benefició de un juez central que los dejó pegar mucho sin castigarlos, mientras que amonestó a diestra y siniestra a los felinos. Se acabó el sueño de los Tigres de ganar la Copa Libertadores y tampoco pudo darle al futbol mexicano el prestigio de ganar por primera vez este torneo continental, tras los intentos de Cruz Azul en 2001 y Chivas en 2010, mientras que River obtuvo su tercer título libertador (1986, 1996 y 2015).

En Buenos Aires ni la lluvia frenó los festejos, hizo frío, pero el Obelisco, algo similar al Ángel de la Independencia, se llenó de aficionados hasta las dos, tres de mañana. Tanta gente o más que en el propio Monumental, que tuvo la noche más feliz de sus últimos 19 años. Ese estadio que tres años atrás vivió descenso, reinventado por Marcelo Gallardo y acompañado por una multitud que hubiese llenado cinco, 10 Monumentales. Un espectáculo inolvidable para uno de los equipos más grandes de Argentina. Chicos llorando de emoción, porque por primera vez en su vida vieron a su club como rey de América. Y no tan chicos también, ya se habían olvidado de los dos goles de Crespo al América de Cali en el 96. Y viejitos, reviviendo epopeyas del pasado.