Paloma Villanueva
Agencia Reforma
Lina toma cinco analgésicos distintos para soportar el dolor y sus hijos deben estar pendientes de que apague la estufa porque tiene problemas de memoria.
A Karla, a menudo, su esposo debe cargarla para llevarla a la cama porque hay días que no puede subir las escaleras. Así es vivir con fibromialgia.
Se trata de una afección del sistema nervioso central cuya causa se ignora, y que afecta en 90 por ciento de los casos a mujeres, explica Gabriela Huerta, jefa de Reumatología del Hospital General de México.
El diagnóstico de esta enfermedad rara es complejo. A menudo los médicos, la familia o los empleadores no creen que la persona esté enferma porque parecen estar sanos.
El síntoma principal es dolor excesivo en todo el cuerpo, aparentemente sin motivo, fatiga severa, insomnio y puede desencadenarse a partir de un suceso traumático.
Actualmente, el Movimiento por el Derecho a Existir busca que la fibromialgia sea reconocida como discapacidad como ocurre en EU, España, Argentina, Chile y Perú, para que los pacientes tengan los beneficios sociales
Verónnica Scutia, fundadora del movimiento, refiere que acudieron a la CNDH para solicitar que emitiera una recomendación a la Secretaría de Salud, pero sólo los canalizó a la Ssa y al Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad.
Señala que muchos pacientes son discriminados porque no parecen estar enfermos y son tachados de hipocondriacos o flojos.
Lo que falta es que se conozca cómo viven quienes sufren este mal y se capacite a los médicos, advierte.