Alberto Bortoni
Agencia Reforma
Pareciera que las lecciones han sido aprendidas. Chevrolet ha cambiado de generación y tiene ya listo un nuevo Camaro 2016; uno con capacidad de dar una buena batalla al recientemente renovado Mustang.
El Camaro ha cambiado en muchos sentidos. Dimensionalmente es un auto más compacto; es más bajito, más angosto y más corto que la generación anterior. La apariencia estética no ha cambiado dramáticamente. Sigue teniendo el porte musculoso, sólo que ahora un poco más compacto y cerca de 90 kilogramos más ligero.
En el interior han habido cambios importantes y muy acertados, aunque probablemente no suficientes, pues sigue teniendo una apariencia primordialmente de plástico; aunque en las versiones más equipadas intentan disimular un poco con el uso de algunos detalles en tonos metálicos.
El panel de instrumentos es un tanto incómodo de utilizar. Está una pantalla de cristal líquido táctil, desde donde se controlan todos los accesorios del sistema de entretenimiento, incluyendo la integración con Apple y Android, que permite operar algunas aplicaciones del celular desde los controles del auto.
Pero los menús siguen siendo poco instintivos y la pantalla tiene una inclinación que la hacen difícil de ver. Para operarla es indispensable apartar la vista por completo del camino y poner atención en ella. Afortunadamente están los controles en el volante, que una vez que se hacen los ajustes pertinentes hacen las cosas más sencillas.
Los cambios en dimensiones, aunque son pequeños, pueden ser percibidos y en la calle el nuevo Camaro se siente un modelo más compacto que la generación anterior. La sensación es agradable; el auto cambia de dirección más rápidamente y se siente mucho más ágil y fácil de maniobrar que la generación pasada. En parte también por una mejor visibilidad hacia el frente, aunque todavía lejos de ser una vista panorámica.
Chevrolet ofrecerá tres opciones de motor con el Camaro; una con el cuatro cilindros turbocargado, una intermedia con el V6 de aspiración natural y la versión SS, con el motor V8 también de aspiración natural. Durante nuestra prueba de manejo hemos podido convivir con los últimos dos y únicamente en sus versiones manuales.
En ambos modelos está disponible una transmisión automática, que seguramente será la de mayor volumen. Es una buena transmisión, al menos en papel. Se trata de una transmisión moderna, de ocho velocidades y, según las especificaciones oficiales, hacen que el Camaro acelere más rápido de 0 a 100 Km/h en las versiones seis y ocho.