Por Paco Diaz
Personas de color, es una forma de cómo nos identifican en los Estados Unidos a los migrantes latinos o hispanos, en general a las minorías que no somos blancas, un término que nunca me ha gustado, ya que con esto comenzamos a sentir un poco de racismo y discriminación.
Sí, nos distinguimos de los demás por tener un idioma diferente al inglés, por nuestra cultura, comida, música, tradiciones y por supuesto por el color de nuestra piel, eso hace una gran diferencia para que muchas personas no nos acepten como parte de una comunidad, para ser tratados de manera diferente, pero hay algo todavía más grave, nosotros mismos lo hacemos.
Recuerdo que, viviendo en la Ciudad de México, había la idea de que las personas que vivían en una ciudad tan grande como la capital del país, nos sentíamos superiores a los que eran de otras ciudades o pueblos, ¡Y como no pensarlo!, palabras como pueblerino, indio, incluso, indígena, eran usados como insultos y se convertía en una discriminación geográfica y racial, además eran atacados también por no saber como vivir en la dinámica de una ciudad tan competitiva y caótica. Desgraciadamente, quizá a manera de venganza, ese era el mismo trato que yo recibía como “Chilango” cuando visitaba otras ciudades en México, discriminación mutua.
Por otra parte, dentro de la ciudad también había otro tipo de discriminación, la de estratos sociales, los “nacos” en contraste con los “fresas” o “fifis” como se les llama ahora. Así mismo, entre la gente de los barrios populares, donde hay problemas de inseguridad y entre pandillas, también hay discriminación solo por no ser de la misma calle o colonia. Por si fuera poco, últimamente en redes sociales se ha dado un ataque muy fuerte por las diferentes preferencias políticas, también son motivo para que haya ataques y discriminación, ya que las personas que tienen ideas liberales o con tendencias para dar prioridad a programas sociales, son parte de un ataque especial por lo que piensan diferente y viceversa, sin que haya un verdadero debate de ideas.
El tipo de humor que los latinos usamos también está relacionado con la discriminación y muchas frases las tomamos de broma, pero tienen un fondo que quizá deberíamos analizar y tomar conciencia, el tipo de lenguaje que usamos, que, además, cuando es aplicado en contra de nosotros, nos hace sentir muy mal, aunque sea una broma. Eso lo vemos mucho cuando se habla de orientación o preferencia sexual, nivel de educación, nacionalidades o religión.
Viviendo en los Estados Unidos las cosas no mejoran, las diferentes nacionalidades, culturas y la falta de interés de conocer mas a fondo a otras personas, nos hacen reaccionar en muchas ocasiones de manera discriminatoria. Por ejemplo, hay discriminación entre sudamericanos hacia centroamericanos, caribeños y mexicanos y lo hay también en sentido opuesto. Inclusive entre chicanos y migrantes recién llegados que no hablan inglés.
Luego nos encontramos con nuestros jóvenes, que sufren con el choque generacional, pero también cultural y reciben un gran número de muestras de racismo, algo que muchos de nosotros no sabemos cómo manejar, no estamos preparados para neutralizar la discriminación. Es muy triste, peo los seres humanos nos rechazamos de manera natural, quizá por olvidar que somos una sola raza, la raza humana.
En fin, debemos hacer un acto de conciencia muy grande para dejar de ser parte de un problema donde vivimos un doble papel, el de víctimas y la de victimarios.
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