Diego Martínez
Agencia Reforma
Es casi un año de no subir al ring, algo que no le hace ruido a Óscar Valdez.
Al contrario, la “polilla” acumulada no le preocupa al mexicano, actual campeón Pluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
Vencer a Scott Quigg el 10 marzo de 2018 en Carson, California, le redituó al sonorense la victoria número 24 en su invicto palmarés profesional, pero le costó alejarse del ring casi un año, debido a la fractura de mandíbula que sufrió en ese duelo.
El monarca por fin volverá a pelear, y lo hará contra otro púgil que no conoce la derrota, Carmine Tommasone (19-0, 5 KO’s), el sábado en The Ford Center at the Star de Frisco, Texas.
“Me siento muy bien, enfocado en la pelea y listo para regresar. La mandíbula está en perfectas condiciones y hemos hecho una gran preparación”, apuntó el originario de Nogales.
Valdez además regresa con nuevos trucos, pues hubo cambios en su equipo, ya que entrena ahora con Eddy Reynoso, quien lleva las riendas desde hace años de Saúl “Canelo” Álvarez.
“Hemos aprendido mucho, ha sido un gran campamento, muy motivado de estar con Eddy, es alguien con experiencia, y la gente se dará cuenta de los cambios”, puntualizó Valdez, quien tiene marca de 24-0, 19 KO’s.
El italiano ha hecho toda su carrera en su país, una ventaja -o desventaja- para Valdez, quien no se confía.
“No sabemos mucho de él, pero es una pelea de título, y por eso no podemos caer en confianza”, señaló.
El plan en el equipo de Óscar es tenerlo en acción más seguido. De salir bien todo el sábado podría abrirse la puerta para que el ex seleccionado olímpico tricolor tuviera una pelea en México, pues desde fines de 2018 se manejó que peleará en la Ciudad de México.