Por LUIS RUIZ, Associated Press
SAN PETERSBURGO, Rusia (AP) — Un cabezazo letal de Samuel Umtiti en los albores del segundo tiempo bastó para sellar el pasaporte de Francia a la tercera final de su historia en la Copa del Mundo, al imponerse el martes 1-0 a Bélgica. Después de tanto que se habló de la mina de talento del que dispone Francia adelante, fue un defensa el héroe. En 1998, tres zagueros franceses anotaron en el Mundial: Bixente Lizarazu, Laurent Blanc y Lillian Thuram. En una coincidencia auspiciosa, ahora han marcado Benjamin Pavard, Raphael Varane y Umtiti. En la primera final de su historia, Francia se coronó como anfitriona en 1998, merced a una goleada por 3-0 sobre Brasil, en aquella noche en que Ronaldo perdió misteriosamente sus superpoderes. En Alemania 2006, sucumbió por penales ante Italia, tras el infame cabezazo que recibió Marco Materazzi y que significó la expulsión de Zinedine Zidane y su despedida de los mundiales. Habrá por lo tanto cierto deseo de reivindicación en la selección francesa. Deschamps fue parte del plantel campeón en 1998, y ahora está a las puertas de dos logros significativos. Francia quedó a un paso de alcanzar a Uruguay y Argentina con dos títulos en su haber. Se sumaría así al exclusivo club de los multicampeones, al que pertenecen también Brasil (5), Italia (4) y Alemania (4).
Bélgica está lejos de esa cúpula y se quedó a la orilla de lo que hubiera sido un papel histórico. Disputó la segunda semifinal mundialista en su historia y cayó como le había ocurrido en México 1986 ante Argentina y un Diego Maradona en pleno esplendor.