Selección cae 3-1 Luis Homero Echeverría Agencia Reforma SAN PEDRO SULA, Honduras .- ¡3-1 en contra! Así lo invocó Carlos Pavón un día antes y así se cumplió. Honduras volvió a evidenciar la realidad del equipo verde, le metió tres, se burló de él en la cancha y confirmó la fragilidad de la estrategia de Sven-Goran Eriksson, esa que todos ven, menos quienes toman las decisiones en el futbol mexicano. La grandeza que pretendió pintar México ante la docilidad de Costa Rica resultó ser una auténtico espejismo contra un equipo que sí le propuso y que si jugó, como sucedió también en Columbus, ante Estados Unidos. Carlos Costly puso al frente a los catrachos al minuto 17, cuando, después de llevarse el balón con la mano, dejó en el camino a Leobardo López y batió en el área a Guillermo Ochoa con un disparo que le pasó entre las piernas al guardameta. Pavón marcó el segundo al 43’ cuando, ante una tibia marca defensiva, bajó el balón con el pecho en el área mexicana y remató con una volea de derecha que resultó imposible para Ochoa. A partir de ese momento, Honduras busco controlar el partido con el marcador a favor, y la noche trágica para el Tri tomó tintes de goleada al 79’, cuando Costly marcó su segundo gol. Nery Castillo, quien ingresó unos minutos antes, anotó de penal el único tanto mexicano al 82’, tras una falta sobre Carlos Vela. El Tricolor perdió toda la propuesta del partido del sábado en el Azteca gracias al afán del cuerpo técnico mexicano por defender, por experimentar en un partido internacional y oficial. La colocación de Jonny Magallón como lateral derecho, cuando su zona natural es la defensa central comprometió a todo el aparato de marcaje azteca, sobre todo a Leobardo López, quien sufrió para contener a Carlos Costly y llenar los huecos que el de Chivas dejó en su costado. Y adelante perdió todo el encanto también. Carlos Vela volvió a demostrar por enésima ocasión que no está al tono de la verde, al ser insistente pero en solitario, sin sociedad con Omar Bravo, a diferencia de la que mostró éste el juego anterior con Matías Vuoso. A tal grado que el “Toro” tuvo que entrar en el complemento, ya con la necesidad de retornar en el marcador, cuando todo pudo ser distinto con otro planteamiento desde el minuto cero. Porque México perdió el juego desde el vestidor, desde el momento en que los “gurús” de la estrategia se sentaron a esbozar un esquema, una táctica, un once inicial, y luego no supieron cómo remediar sus errores.