(Agencia Reforma)Desde que le fue diagnosticado cáncer de laringe, el 22 de julio de 2007, Manuel Saval se dispuso a luchar sin cuartel contra la enfermedad; pero, al mismo tiempo, comenzó a poner en orden sus asuntos y a preparar el camino hacia su última morada, el cual emprendió la noche del martes.
Así, no sólo se ofreció como sujeto de estudio para los especialistas que lo atendían en el Instituto Nacional de Cancerología, sino que eligió su ataúd, la capilla donde quería ser velado, los lugares donde reposarían sus cenizas y hasta el color de ropa de los asistentes a su funeral.
“Él estaba consciente de que este día iba a llegar. Hablamos como tenía que ser de todo lo que quería, como un ataúd de madera y que, por lo menos su hijo Francisco y yo, vistiéramos de blanco”, compartió Martha Eugenia Saval, viuda del actor, al término de la misa realizada ayer en una funeraria del sur de la ciudad. Manuel, quien el lunes festejó su cumpleaños 53 con un homenaje que le brindaron compañeros y amigos en el Polyfórum Siqueiros, también dispuso que sus restos fueran cremados. “Quería que una parte de las cenizas estuviera con su mamá, doña Manolita, y su tía Amparín, en Mausoleos del Ángel.
La otra, como somos de Celaya, se irá a la casa de mi mamá, donde hay una capilla”, señaló Martha Eugenia. El deceso del protagonista de Simplemente María ocurrió alrededor de las 20:30 horas del martes, en su hogar y con la única compañía de su esposa e hijo. “No quedó nada por decirle ni por que nos dijera. Se fue sin reclamos para la vida. Estábamos tranquilos, en casa, y poco a poco se fue extinguiendo. Fue un momento en el que de verdad irradiaba paz”, relató.
La decisión más admirable del actor fue ponerse a disposición de los médicos como sujeto de estudio, sin importar los resultados.
“Era una persona generosa que ofreció tanto su lucha como su cuerpo para que probaran en él muchas cosas que antes no se habían hecho y vieran hasta dónde puede llegar el cuerpo humano”, indicó su viuda. Gloria Saval comentó que los médicos siguen sorprendidos por la resistencia de su primo Manuel, y que incluso lo consideran un caso de éxito para la oncología.
“El doctor Martín Granados fue quien se hizo cargo desde el día que entró a Cancerología y hasta ahora, que se ha convertido en punto de referencia para explicar otros casos”.
“Este es un día similar a cuando tienes un hijo: estés listo o no, tienes que cumplir un papel.